Un administrador de secretos
Durante los cuatro meses que llevan transcurridos del juicio del caso Roldán, Jorge Esparza se ha mostrado fiel a su personalidad. Ni una palabra en contra del ex jefe de la Guardia Civil. Ni un da toque ayude a desvelar los pocos enigmas que quedan ya en esta trama. Toda su fortuna -un rosario de casas y fincas, centenares de millones en Suiza y valiosas obras de arte- la consiguió presuntamente a la sombra de sus amigos Luis Roldán, Gabriel Urralburu y Antonio Aragón, tres destacados funcionarios de la Administración socialista con una característica común: poder contratar obra pública. Y él lo aprovechó.La influencia de Esparza sobre estas tres personas, todas ellas procesadas hoy en distintos juzgados por diversos delitos, lo demuestra el que el director comercial de Huarte controló sus patrimonios personales y sus secretos. Fue administrador de la sociedad Europe Capital, SL, en la que Roldán ocultaba siete pisos Y chalés; fue accionista de la sociedad Residencial Menorquina, SL, propiedad de la esposa de Urralburu, y aconsejó a Aragón a que constituyera su sociedad Kopcan, SL. Todas ellas estaban domiciliadas en un local de su propiedad y en su propia casa. "Fue un favor. Me pidieron que les dejara utilizarlos como domicilio social", ha argumentado ahora ante el tribunal.
La contabilidad de sus cinco sociedades patrimoniales y las de sus tres socios la llevaban sus asesores fiscales Agustín Guardia y Lucía Satrústegui, y las compras de todas sus propiedades se inscribieron ante su notario, Jaime García Rosado. Todo pasaba por sus manos. Hasta se ocupó personalmente de comprar y pagar varias de las casas del entonces jefe de la Guardia Civil. Al igual que Luis Roldán, también se inventó su título universario -en este caso, el de ingeniero de caminos-, pero nadie puede negarle su extraordinaria capacidad de trabajo.