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Pequeñas voces grandes sueños

Unos 800 chavales celebran con un mitin reivindicativo el Día de los Derechos del Niño

El cine Palafox de Madrid se convirtió ayer en una insólita clase de derecho infantil. Ochocientos niños y niñas, alumnos de distintos colegios de la región, se reunieron para pedir a los mayores más justicia y respeto para la infancia. Sin distinción de raza, credo o nacionalidad, como contempla el primer. artículo de la Declaración Universal de los Derechos de los Niños, promulgada por la Asamblea General de la ONU el 20 de noviembre de 1959.

Con motivo de este. aniversario internacional, la organización no gubernamental Aldeas Infantiles SOS convocó hace unos meses, con el patrocinio del Ayuntamiento de Madrid, el primer concurso Expresa tus derechos, en el que participaron 10.000 colegiales, de los que 50 resultaron finalistas. Las tres ganadoras, Sara María Álvarez Martín, de 11 años; María Elena Hernando Martínez, de 10, y Katia Puebla, de 11, alzaron sus voces desde el escenario para contar a sus compañeros que sueños reflejaron en sus trabajos para merecer el premio. El concurso invitaba a los niños a expresar, con una redacción y un dibujo, las ideas que tuvieran sobre el primer artículo de la Declaración y sobre el cuidado de la naturaleza y del medio ambiente.

Sara aseguró que le aburriría un mundo donde todos fueran iguales en color, idioma o nacionalidad, porque las diferencias, para ella, existen sólo por dentro. Katia se definió blanca pero no racista, y a pesar de que no le importaría ser negra o de otro color, dijo que "si uno es malo hay que darle otra oportunidad". También María Elena tuvo muy claro cómo debería ser el mundo: "Si los mayores observaran jugar en el parque a niños de diferentes colores de piel", dijo, "no habría guerras ni racismo".

La basura y la contaminación preocupan mucho a los pequeños. Sin aire puro, agua, árboles ni animales no hay naturaleza para vivir, matizaron las tres ganadoras, que sueñan con un "mundo más sano y puro".

Los otros pequeños asistentes al acto de ayer no parecían conocer los malos tratos que cada año sufren miles de niños en todo el mundo. Aseguraron enterarse sólo de lejos, a través de la televisión.

Al mitin acudió también el presidente de Áldeas Infantiles SOS, Juan Belda, que desde hace treinta años se dedica de forma incesante a los niños. "Mi mayor satisfación", afirmó, "es tener en las casas juveniles de Aldeas a chavales salvados de la droga, la violencia y la delincuencia. A pesar de todo el tiempo que llevo trabajando con este tipo de problemas, nunca me acostumbraré a ver sufrir a los pequeños".

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A las 11.30, el cine recuperó su rostro habitual. En la pantalla comenzó a ser proyectada la película Dragon Heart. Para los niños, una fiesta dentro de la fiesta. Quizás tenga razón Yasine Marroun, un pequeño marroquí de seis años, que presentó el mitin: "Los compis que me llamaban moro ahora son mis mejores amigos".

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