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Jugando con fuego

Un grupo antiviolencia denuncia una campaña de atracción hacia las armas en niños de EE UU

Si no fuera porque sirve a los intereses que sirve, Eddie Eagle sería un simpático personaje de pegatinas, carteles, tebeos y dibujos animados, uno más de los muchos que, empezando por Mickey Mouse y terminando por Anastasia, pueblan el mundo infantil norteamericano. Pero Eddie Eagle trabaja para la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y, según denunció ayer en Washington el Centro para una Política sobre la Violencia (VPC), tiene como misión crear entre los pequeños el gusto por las armas de fuego.

"Eddie Eagle es para la industria del armamento lo que durante años fue Joe Camel para la tabaquera", dijo en el Club Nacional de Prensa Josh Sugarmann, portavoz del VPC. Hace unos meses, la empresa de cigarrillos que había creado Joe Camel -un camello desenfadado y gran fumador- tuvo que enterrarlo tras una intensa campaña en su contra. Estaba acusado de ser uno de los responsables del incremento del consumo de cigarrillos entre los adolescentes de Estados Unidos.

Un portavoz de la NRA, la organización que agrupa a tres millones de propietarios legales de armas de fuego, rechazó la comparación entre su águila y el camello. "Mientras Joe Camel fumaba en público, Eddie Eagle jamás esgrime un arma. Al contrario, dice a los pequeños que si ven una no la toquen y avisen de inmediato a los mayores", declaró.

"De acuerdo", replicó Sugarmann, "pero, difundido incluso en las escuelas en cientos de miles de tebeos y vídeos, Eddie Eagle repite a los chavales que cuando sean grandes podrán tener un arma como papá". Según el VPC, la mascota de la NRA, financiada por la industria armamentística, promueve la idea de que comprar y guardar una pistola es "algo tan normal para un adulto como tener un coche".

Un total de 201 menores de 15 años murieron en Estados Unidos en 1995 como consecuencia del disparo involuntario de armas de fuego. En unos casos, los niños las encontraron en casa, se pusieron a jugar con ellas y ocurrió la tragedia; en otros, el tiro se les escapó a padres o parientes.

Aunque los accidentes de ese tipo han bajado en las dos. últimas décadas, la mortalidad infantil provocada por disparos accidentales de armas de fuego es en EE UU nueve veces superior a la de otros 25 países industrializados juntos. Casi tres de cada cuatro muertes de menores de 15 años provocadas en el mundo industrial por homicidio o suicidio ocurren en EE UU.

Y sin embargo, el pasado 4 de noviembre, el Estado de Washington se pronunció en referémdum contra una propuesta que, a fin de reducir el peligro para los niños, pretendía establecer la obligatoriedad de un seguro en los gatillos. El 69% de los votantes respondió que nada ni nadie debe dificultar que un ciudadano de EE UU guarde y maneje como quiera su pistola, revólver o rifle.

Es difícil para un europeo aceptar que la principal causa por la que millones de norte americanos están dispuestos a batirse ferozmente es la defensa del derecho constitucional a comprar, tener y usar armas de fuego. Hoy, 44 millones de estadounidenses disponen, legalmente de un total de 192 millones de armas de fuego. El 35% de los hogares tiene alguna.

Fundada en 1871 y con 15.000 clubes de tiro, la Asociación Nacional del Rifle es uno de los grupos de presión más poderosos y populares del país. Su primer vicepresidente es Charlton Heston, el actor que encarnó en el cine a personajes tan positivos como Moisés y Ben Hur. En la portada del número del pasado septiembre de American Rifleman, la revista de la NRA, Heston aparece rodeado de niños. En el interior denuncia que "nuestos niños han sufrido durante dos generaciones consecutivas un lavado de cerebro contra las armas".

Si es cierto que la campaña contra las armas arrecia y que el presidente Bill Clinton ha propuesto medidas para controlarlas mínimamente, también lo es que los norteamericanos son muy fieles a sus escasas y jóvenes tradiciones, y que ésta tiene raíces muy sólidas.

Según un estudio difundido por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, un modo casi seguro de saber si un niño poseerá armas cuando le llegue la edad es ver si las hay en su hogar. El 80% de los actuales propietarios de armas dicen que sus padres guardaban armas en casa.

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