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El pasillo rodante que producía 14 caídas diarias ya está arreglado

Vicente González Olaya

Tras casi un centenar de caídas, resbalones y sustos, los técnicos han dado con la solución para el pasillo rodante que une la planta baja de la terminal de vuelos nacionales (T-2) con el primer piso de los vuelos internacionales (T-1). Este pasillo en rampa, de unos 20 metros de longitud, provocaba, debido a su inadecuado diseño, que 14 personas cada día acabasen con sus huesos por el suelo: su pendiente final era demasiado pronunciada para que una persona con pocas fuerzas pudiera sobrepasarlo con un carrito cargado de maletas. Funcionó durante tres semanas del pasado mes de octubre. El aeropuerto, debido al gran número de incidentes registrados, tuvo que poner a un empleado al final del pasillo para evitar que los pasajeros rodasen rampa abajo con los carritos.

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Ayer, este pasillo inclinado estaba ya arreglado. Los técnicos han disminuido su pendiente final para que los usuarios puedan subir por él. La cinta ha costado 51 millones de pesetas. Según un portavoz del aeropuerto, "la modificación del diseño ha corrido a cuenta de la empresa que lo ha fabricado".

Plenamente operativo

Por otra parte, el director de Barajas, José Sedano, aprovechó la presentación ayer de los cambios previstos para recordar que el aeropuerto estuvo ayer plenamente operativo tras las demoras y cancelaciones de vuelos habidos en días pasados a causa de la intensa niebla.Sedano indicó que "en situaciones de niebla hay que asumir que va a haber cancelaciones y demoras de los vuelos, a pesar de que Barajas dispone de un sistema de aproximación de precisión ILS, que permite el aterrizaje con plena seguridad en condiciones de baja visibilidad".

Este sistema permite a los aviones tomar tierra en situaciones casi límite, cuando el alcance visual del piloto es inferior a los 15,0 metros de distancia. No obstante, para obtener estas prestaciones, es necesario que las aeronaves y sus tripulaciones estén certificadas para operar hasta los mínimos anteriormente citados.

Por tanto, si un avión o su tripulación no están certificados, no podrán beneficiarse del sistema en esas condiciones y, en consecuencia, no podrán operar en el aeropuerto, teniendo que proceder a tomar tierra en otro aeródromo alternativo o cancelar el vuelo previsto.

Según Sedano, el equipamiento de Barajas para operar en condiciones de baja visibilidad "es uno de los más avanzados del sistema aeronáutico a nivel internacional. Sin embargo, cuando la niebla es muy densa, las operaciones han de ser espaciadas por un elemental sentido de la seguridad, lo que provoca, en Madrid y en cualquier aeropuerto del mundo, demoras".

En estos momentos, el aeropuerto de Madrid-Barajas realiza una media de unos 800 movimientos diarios, lo que supone 50 movimientos por hora a lo largo de 16 horas al día.

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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