Sala deja la dirección de los socialistas catalanes
El Tribunal Supremo puso ayer punto final a la era Sala en el socialismo catalán. El ingeniero Josep Maria Sala, que durante una década larga fue el hombre fuerte del aparato del PSC, un hombre suficientemente fuerte como para derribar a su primer secretario en 1996, abandonó la dirección del PSC nada más conocer ayer que el Supremo exigía su ingreso en prisión. Sala, condenado por el caso Filesa a tres años de prisión y seis de inhabilitación pública, calificó de injusta la decisión del tribunal, sugirió que éste ha actuado a instancias del Gobierno de José María Aznar y afirmó que el trato recibido por él y los demás condenados del caso Filesa vulnera los pactos internacionales sobre derechos civiles.
"No sé si lo que se está buscando es la fotografía de unos dirigentes socialistas entrando en prisión, pero no encuentro otra explicación a lo que está sucediendo". A las cinco de la tarde e ayer, en la sede del PSC, Josep Maria Sala expresaba con estas palabras su convicción de que la justicia ha sido injusta con él.Apenas seis horas después de conocer la decisión del Supremo, Sala dio una conferencia de prensa para calificar una vez más de infundada, desproporcionada y errónea su condena. En una de claración cuyo texto había sido acordado previamente con el primer secretario del PSC, Narcís Serra, quien se encontraba en el Congreso de los Diputados, Sala proclamó de nuevo su inocencia y reclamó el derecho a recurrir contra la sentencia ante una segunda instancia judicial. "El máximo intérprete de la justicia en nuestro país ha cometido una injusticia", sentenció por su parte el político socialista refiriéndose al Tribunal Supremo.
El ex senador descartó la posibilidad de solicitar un indulto como el ex diputado Carlos Navarro, otro de los condenados "Soy inocente. Quiero la absolución, no el indulto", dijo. Su abogado sí anunció la presentación de un recurso de súplica ante el mismo Supremo contra la ejecución de la sentencia, además del recurso de amparo que ya ha presentado al Constitucional.
Fuentes socialistas señalaron, sin embargo, que no confían en que el recurso de súplica logre impedir el ingreso de Sala en prisión. El Supremo remitió ayer al juez decano de Barcelona un exhorto para que notifique la ejecución de la sentencia a los tres condenados residentes en Barcelona, de modo que la entrada en la cárcel podría producirse entre hoy y el viernes. Los condenados pueden, no obstante, ingresar voluntariamente sin esperar a la notificación oficial.
La justicia y el partido
Sala abandonó ayer mismo todos sus cargos en la dirección del PSC, así como su silla en el comité federal del PSOE. "Con esta decisión no sé si estoy sirviendo a la justicia, pero sí estoy plenamente convencido de servir a mi partido", aseguró. El pasado octubre, al conocerse la sentencia del Supremo, los socialistas interpretaron que Sala no tendría que entrar en prisión. Sala dimitió entonces de sus cargos públicos (diputado autonómico y senador), pero se mantuvo como miembro de la dirección del PSC.Narcís Serra tanteó en su día el terreno para ver cómo reaccionaría su propia organización ante la posibilidad de que Sala abandonara la ejecutiva en beneficio de la imagen del partido. Pero el aparato y los capitanes territoriales del PSC -los cimientos del amplio poder interno de Sala- cerraron filas en torno a su dirigente.
A la vista de la demostración de fuerza de los fieles al ex senador, Serra se armó de posibilismo y, de acuerdo con el propio Sala, propuso una fórmula para que este último permaneciera en la dirección, aunque desprovisto de poder ejecutivo.
La decisión del Supremo vino a cambiar radicalmente ayer este panorama: Sala comunicó a Serra su renuncia total. La comunicación de Sala a su primer secretario se hizo por medio de una carta fechada ayer mismo, pero que estaba esbozada al menos desde el miércoles pasado. Desde aquel día, Sala y la cúspide de la dirección socialista catalana tenían asumido que el ingreso en prisión era prácticamente imparable. Y también que, en esas circunstancias, la permanencia del ex senador en la ejecutiva del PSC sólo revertiría en perjuicio del partido.
Serra no hubo de presionar a Sala para que éste dimitiera si había de entrar en prisión. El propio Sala, según fuentes de la dirección del PSC, comprendió que no había alternativa. Serra sí hubo de pedir prudencia y tratar de disuadir a algunos capitanes que proponían hacer asambleas en todas las agrupaciones del partido en rechazo de la sentencia.
El miércoles pasado, el abogado de Sala aún logró parar momentáneamente el ingreso en prisión sacando a relucir parte del material que se reservaba para su recurso ante el Constitucional: un acta de la junta de Time Export, la matriz de Filesa, en la que no aparece la firma ni el nombre de Sala, pese a que el Supremo basa en esa misma acta su sentencia contra el ex senador. La defensa de Sala logró aplazar así cinco días la ejecución de la sentencia.
Sala, que tiene una excedencia de IBM, donde trabajó hasta 1984, había negociado en los últimos días su reincorporación a la empresa. Tras la decisión del Supremo, el reingreso, que estaba previsto para esta misma semana, no se producirá de momento.
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