BAILE DE ANIVERSARIO
El incendio que destruyó parte del Windsor Castle trajo también malos augurios para Isabel II. Sus súbditos no sólo se negaron a financiar las obras de restauración, sino que presionaron para que la reina contribuyera con el fisco. Cinco años después del desastre y del llamado annus horribilis, el castillo luce con igual esplendor que antaño. La restauración se ha realizado seis meses antes de la fecha proyectada y por debajo de los 40 millones de libras (casi 9.900 millones de pesetas) del presupuesto inicial. "Es el mejor regalo que podemos ofrecer a la reina en sus bodas de oro", señaló ayer uno de los arquitectos al mostrar los renovados aposentos a la prensa británica e internacional. La noche del aniversario, el 20 de noviembre, Isabel II y el príncipe Felipe ofrecen un baile en el St. George's Hall del castillo Windsor. Entre los asistentes se espera la presencia de los Reyes de España. Pero, antes y después de los festejos, el entorno Windsor se esmera por rehabilitar la imagen de la monarquía británica con tanto éxito como la restauración de la residencia más querida de su soberana.
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