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Marruecos se encamina a un Gobierno de unidad

Las elecciones celebradas ayer en Marruecos se han desarrollado sin incidentes de importancia y en un clima de apatía y poco interés por parte de una población sometida a los efectos nefastos de la crisis socioeconómica, a la que no se ve salida a corto plazo y a una clase política que le promete cada vez los mismos milagros. La gran dispersión de votos -si se confirman los pronósticos- y el inmovilismo de la clase política podrían inducir al rey Hassan II a formar un "Gobierno de unión nacional", tal y como se pide desde diferentes horizontes políticos.

"Un Gobierno salido de las urnas no significa necesariamente un Ejecutivo formado por el partido o la coalición mayoritaria, sino que puede serlo de todo el arco político", se estima en los medios políticos de la capital. Mohamed Bucetta, líder del partido Istiqlal, defiende esta opción para hacer frente a "las tres prioridades que tiene hoy el país: Sáhara, empleo y enseñanza".Sin embargo, una de las razones de más peso que podrían inducir al soberano marroquí a decidir esta fórmula gubernativa se encuentra en la delicada situación económico-financiera del país. Ninguno de los 16 partidos políticos presentes en las elecciones ha hecho propuestas programáticas concretas para resolver el paro, el problema de la vivienda, la salud o el analfabetismo, que alcanza al 60% de la población -el 90% entre las mujeres-

Las reservas en divisas, que se elevan a 4. 100 millones de dólares, sólo pueden hacer frente a seis meses de importaciones. El déficit crónico de la balanza comercial alcanza cuotas alarmantes. Los marroquíes importan casi el doble de lo que exportan. Y la deuda pública externa, que es de 25.000 millones de dólares, supone un carga anual de intereses de 2.300 millones.

Abdelali Benamor, economista y dirigente de una de las más escuchadas organizaciones no gubernamentales del país, la Asociación Alternativa, viene proponiendo desde hace más de un año un Gobierno de unión para hacer frente a la crisis. El poco atractivo de Marruecos para los capitales extranjeros -exceptuando España y Francia, los demás países se limitan a inversiones concretas- acentúan la sensación de fragilidad. ,

La apatía manifestada por la población tanto en la campaña electoral de dos semanas como en la votación de ayer es el reflejo de un malestar que alcanza a todas las capas sociales.

A pesar de las reiteradas denuncias de la oposición sobre la utilización del dinero para la compra de votos, el Ministerio del Interior sólo ha podido detener a seis personas acusadas de dicha infracción. La inercia de la sociedad, habituada a tales prácticas clientelares, hace difícil luchar contra ellas.

Los marroquíes encuentran normal que el marido vote por la mujer y los hijos, que el candidato pague el voto o que las autoridades locales suministren certificados de residencia, de matrimonio o de trabajo sólo a quienes muestren sus tarjetas electorales con el sello de haber votado.

En cuanto a la participación de la mujer en la vida pública, sigue siendo un espejismo. De los 3.319 candidatos a diputados, sólo había 69 mujeres. Si se mantienen las proporciones de voto, el próximo Parlamento tendrá siete mujeres entre sus 325 escaños.

[La ONU ha fijado la fecha del 7 de diciembre de 1998 para la celebración del referéndum de autodeterminación en el Sáhara, informa la agencia France Press. El referéndum debe poner fin a un conflicto de casi 25 años].

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