El mallorquín no renuncia a nada
Con su tranquilidad habitual, Carles Moyà apareció ayer en una improvisada charla con los periodistas españoles, tras conocerse ya su clasificación para las semifinales. "Estoy orgulloso de lo que he hecho aquí, pero no renuncio a nada", dijo. "Para mí el premio ya fue poder entrar en el Masters. Pero en ningún partido fui conformista. Y ahora aspiro a jugar la final".Moyà vio el partido entre Sampras y Rafter en la televisión de su sala de estar -cada jugador tiene una particularjunto a su entrenador, Josep Perlas, y su novia Raluca. "Estaba muy relajado. No tuve nervios. Me di cuenta desde el principio de que Rafter no estaba bien. Las dos dobles faltas que cometió en el primer juego del partido delataron que estaba nervioso".
Finalista este año en el Open de Australia y en Sidney, Amsterdam e Indianápolis y ganador en Long Island, Moyà se reafirma en que nadie le ha regalado nada: ni estar en el Masters ni haber entrado en las semifinales. "No creo que nadie pueda decir que he entrado de rebote. Ganar a Sampras y a Muster no es nada fácil".
El mallorquín, de 21 años, se enfrentará hoy a Kafelnikov, con quien ha perdido en su único partido anterior: en Hamburgo el año pasado. "Le respeto mucho. Es un gran jugador y lo ha demostrado, porque nunca estuvo dentro del Masters y ganó el torneo de Moscú cuando lo necesitaba. Además, esta semana no ha perdido ni un set. Es muy peligroso", agregó Moyà.
Perlas, su entrenador, explicó que la clave del encuentro estaba en que Carles lograra imponer su juego y evitar que Kafelnikov dominara los puntos. "Cuanto más largos sean los puntos mejor para mí. Somos jugadores de fondo", concluyó Moyà.
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