Guerra afirma que Piquer no fue el único que tiró de la soga con la que se ahorcó

"Hace cinco días me contaba entre llantos el infierno que estaba viviendo", dijo ayer el ex vicesecretario general socialista Alfonso Guerra al recordar a su compañero Carlos Piquer, el senador que se suicidió el lunes en su domicilio de Zaragoza. Según Guerra, Piquer quedó suspendido de una soga, pero "no fue el único que tiró de esa cuerda". Piquer fue enterrado ayer en su localidad natal de Sástago (Zaragoza), despedido por amigos y representantes políticos.Guerra recordó a su antiguo compañero, del que dijo que era "un hombre sencillo que no había cometido crimen alguno; sus enemigos de fuera y de dentro de su grupo aprovecharon un error para crucificarlo en la más bochornosa cruz y no pudo resistirlo".

Guerra confesó que siente un "inmenso asco" de la profesión política y denunció que, ahora, "los que le llevaron a la tumba aparecen para proclamar los valores de la víctima".

Piquer fue enterrado en Sástago. Al entierro asistieron el presidente de las Cortes de Aragón, Emilio Eiroa, el presidente de la Diputación de Zaragoza, José Ignacio Senao, y el consejero de Presidencia, Manuel Giménez Abad.

En medio de grandes aplausos, el féretro fue conducido por algunos amigos y uno de sus hijos, desde el Ayuntamiento a la iglesia parroquial. Muchos asistentes increparon a los periodistas.