Trabajadora, cuando me dejan
Soy, cuando me dejan, una trabajadora de Correos. Digo cuando me dejan porque pertenezco a ese numeroso grupo de personas que, aunque trabajamos para la Administración pública (pública por poco tiempo), somos temporales y nuestros contratos pueden ser de sólo unos días.Desde que en 1993 esperé tres horas de colas en las oficinas de Chamartín para entregar mi solicitud "debidamente cumplimentada", no he parado de observar incumplimientos de normativa por parte del organismo autónomo.
Con estas solicitudes y rigiéndose por criterios de mérito e idoneidad, se confeccionan unas listas que tendrían que servir para cubrir los puestos de trabajo que por bajas, vacaciones, etcétera, dejan temporalmente libres los funcionarios.
Pues bien, en realidad, por lo menos en cuanto a las plazas de la sierra madrileña, esto no se cumple en absoluto. Las listas no se respetan (a mí me han saltado en varias ocasiones), y las plazas se cubren por familiares y amigos de los carteros, los jefes o porque no "vienen de Madrid ..."
Las excusas para este incumplimiento pueden ser varias: "Simples errores", "te llamamos por teléfono y no estabas", "no hay nadie en las listas...",etcétera.
Todas absurdas, si se tiene en cuenta que algunas suplencias se saben con tres meses de antelación (las vacaciones de los funcionarios, por ejemplo). ¿Por qué no se usa un telegrama?
En cuanto al posible caso de que se acaben las listas, la normativa exige que se busque a la persona, adecuada en las listas del Inem de la localidad (¿os acordáis cuando antes llamaban del paro para algunos trabajos?), pues, a la hora de la verdad, en localidades donde el paro causa estragos, los suplentes vienen de Madrid capital e incluso de otras comunidades.
Mis amigos me dicen que no me extrañe, que esto ocurre en el Insalud, en Justicia...
Así que, para que te llamen a trabajar en la Administración pública, lo único que puedes hacer, si no tienes amigos que te puedan meter, es declararte objetor. ¡Déjate de Inem y de solicitudes!-
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