De vergüenza

Me he decidido a escribir unas líneas en este periódico para ensalzar y alabar el nuevo y excitante canal que propone Vía Digital exclusivamente para nosotras las mujeres, consiguiendo reunir todas y cada una de las cosas por las que nosotras existimos.Según el eslogan del mencionado canal Ella, las señoras dejaremos de lado el teléfono, y por consiguiente los cotorreos con la vecina del quinto propios de nuestra condición, para enfrascarnos en el maravilloso mundo de (entre otros) "la belleza, la decoración, el hogar, la familia y, por supuesto [y cito textualmente], todos los cotilleos del mundo".

Tras leer tan espléndido emplazamiento, he decidido pedir a todas las mujeres del país que abandonen sus puestos de trabajo, sus estudios o sus negocios y se dediquen a escuchar los atentos consejos de la elocuente cadena.

Y digo yo: ¿para qué sirve intentar prosperar en tu carrera profesional o ser una simplona ama de casa si puedes ser, además de una esposa, novia, madre, etcétera, dedicada por completo a las tareas domésticas y a la vida conyugal y familiar, una mujer explosiva con todo tipo de conocimientos sobre cotilleos a escala mundial? ¿Para qué intentar ser una misma si puedes conseguir ser una auténtica señora de su casa y sus quehaceres familiares con un aspecto físico (que no mental) incomparable? ¿De qué le sirve leer literatura, aprender informática o introducirnos en el estudio de otro idioma si, obviamente, nuestro coeficiente intelectual nos impide entenderlos?

Cantad conmigo, mujeres: ¡Viva el canal Ella! ¡Abajo la igualdad! ¡Viva el cotilleo!

No sé vosotras, pero yo, estudiante de derecho en segundo curso, he decidido dejar de lado las leyes, que son para el perfectamente mencionado "sexo fuerte", y enfrascarme en el canal Ella, disfrutando, por tanto, de los entretenimientos que me corresponden como mujer;todos ellos, por supuesto, con un intento de conservar la ignorancia absoluta y plena que poseo como fémina. Simplemente, de vergüenza.-