"Es increíble lo limpio que está aquí el metro"

Los primeros recuerdos de Toni Albá como actor se remontan a los carnavales de su pueblo, Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Él era el niño que, disfrazado, se subía en un banco y conseguía hacer un corro de gente que reía todas sus gracias. La siguiente expenencia teatral para este actor de 36 años consistió en ser el monaguillo del colegio. "Eso influye mucho, porque estás en un escenario con el actor principal, el cura, y todo el mundo te mira. Yo intentaba hacer reír". Después se dedicó a imitar a todos los profesores del colegio para deleite del alumnado. Ahora presenta en Madrid su espectáculo La sombra, en el que interpreta a un actor especializado en imitar a gente famosa. Entre este espectáculo y sus inicios se podría citar su colaboración con la Trinca, con Tricicle y varios espectáculos en solitario. Albá gusta de hablar en broma.Pregunta. Explique cómo surgió este espectáculo.

Respuesta. A partir de una sustitución que tuve que hacer de Paco Mir, de Tricicle. Incluso conseguía hacerme pasar por él en entrevistas de radio. Me vino la idea de qué pasaría si, por ejemplo, Michael Jackson no fuera él, sino un doble.

P. Dice usted que, cuando anda por la calle, se dedica a imitar a la gente. ¿Cómo ha sido esa experiencia en Madrid?

R. He notado que la gente aquí viste muy bien. Se mueve con orgullo. Y que hay muchísima gente de todas partes, y así se pueden. imitar distintos. idiomas. En Tirso de Molina hay muchas bailarinas: es curioso, porque andan con pies de pato. Es increíble también lo limpio que está aquí el metro. Estoy acostumbrado a Barcelona, que está lleno de pinturas.

P. ¿A qué políticos de Madrid imitaría en su espectáculo?

R. Siempre he imitado a los más exagerados. Ruiz-Gallardón se comporta muy bien. Es muy respetable.

P. ¿Y a qué personaje madrileño incluiría en su función?

R. A Lina Morgan. Creo que es una maestra en su género. También me gustaría incluir a Antonio Gala metido en un taxi con su bastoncillo asomando por la ventanilla.

P. Usted tuvo que hacerse pasar por un actor de Tricicle. ¿A quién le gustaría sustituir hoy?

R. A todo el mundo por unos segundos. Pero si pudiera escoger, pues a Dustin Hoffman o a Robert de Niro.

P. ¿Qué recuerdos tiene de Madrid?

R. El público de Madrid tiene muchas ganas de ver teatro alternativo, más que autores clásicos. Creo que la gente de Madrid tiene muchas ganas de reír. La risa es una necesidad. La Organización Mundial de la Salud debería dar títulos de terapeutas de la risa.

La sombra, en el teatro Alfil (calle del Pez, 10. Metro Noviciado). Horarios en cartelera. Precio, 2.000 pesetas.