Estudiantes se da otro paseo, esta vez en Oporto

No hay quien detenga al Estudiantes. Y mucho menos un equipo del baloncesto portugués, tan lejos todavía de la élite europea. El cuadro madrileño se dio un nuevo paseo por Europa. Le tocó esta vez el papel de víctima al Oporto, un conjunto al que los estudiantiles aseguraban tener cierto respeto, lo que no dejaba de ser un cumplido.

A la hora de la verdad, los de José Vicente Hernández no dejaron un mínimo resquicio a la duda. Desde el primer instante manejaron el choque con soltura y nunca vieron peligrar una victoria cantada. Al descanso el asunto mantenía una igualdad con pinta de ficticia (41-50). Pronto el marcador comenzó a enseñar la diferencia entre ambos conjuntos, enorme a más no poder.

Los malos porcentajes del Oporto arruinaron su buen trabajo en el rebote ofensivo, pero con un ocho de veintidós en triples y un nefasto 13 de 47 en tiros de dos su derrota era prácticamente inevitable, como así sucedió al final.

El Estudiantes, con el marcador totalmente controlado, tuvo incluso la opción de dar minutos de juego a Carlos Braña y Guillermo Rejón, que aumentaron su bagaje europeo en una pista donde los madrileños endosaron al Oporto su mayor derrota europea de la temporada.

La diferencia final, de 23 puntos, fue de una coherencia absoluta.