Ultimo objetivo de ETA: un museo
EL ÚLTIMO objetivo de ETA ha sido un museo. El hecho mismo lo dice todo de sus autores y de quienes los dirigen, defienden o aplauden. Resultaría grotesco si no fuera por el dolor que causan. La víctima fue ayer un ertzaina, herido grave por los etarras cuando quiso identificarlos y frustró los preparativos para el lanzamiento de 12 granadas contra el Museo Guggenheim, que será inaugurado en la capital vizcaína el próximo sábado por los reyes de España.En el fondo es lógico que ETA culmine su descenso al vacío atentando contra un museo, y en particular contra el Guggenheim, cuya inauguración va a convertir a Bilbao en una capital del arte internacional. Hay una continuidad entre esta nueva salvajada abortada de ETA y que sus alevines de Jarrai quemen libros y librerías, destruyan cabinas, incendien cajeros, furgonetas de la policía vasca o sedes de partidos; o asalten a ancianas por llevar el lazo azul. El campo de sus enemigos comprende ya a todos los que no sean ellos. No sólo es que odien la cultura, el progreso, todo lo que sirve para facilitar la vida de los ciudadanos o su identificación colectiva con cualquier obra humana; es que quieren hacer alarde de su incultura y brutalidad. Quieren que se les note. Que la gente que acuda a Bilbao por el acontecimiento artístico tenga noticia de que ellos son así: capaces de lo peor. El fanatismo brutaliza, pero también idiotiza.
El ertzaina tiroteado a sangre fría da cuenta de esa brutalidad. Afortunadamente, uno de los terroristas fue detenido. Esperemos que los otros lo sean en breve. El Guggenheim se abrirá al público y supondrá un nuevo paso para construir una sociedad cada vez más culta, abierta y tolerante.
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