"Ésta es una oportunidad histórica para la izquierda"
Es toda una institución en Galicia. Anxo Guerreiro, Geluco, tiene sobre sus espaldas largos años de dura militancia en el Partido Comunista de Galicia, del que ha sido secretario general. De la dictadura le quedan años de cárcel. Años que no quiere rememorar. Por eso se ampara en una sonrisa cómplice para saltar a otro tema "de ahora". Nacido en Xermade(Lugo) en 1945, fue diputado en el Parlamento gallego y uno de los siete redactores del estatuto actual. Ha protagonizado una decisión polémica que ha dividido a la organización Izquierda Unida en esta comunidad. Se ha unido a los socialistas en una candidatura que intenta arrebatar a Manuel Fraga la presidencia de la Xunta.Pregunta. ¿Cómo lleva esta campaña? Los resultados que dan las encuestas no son precisamente alentadores.
Respuesta. Con la campaña yo estoy encantado. Me da la sensación de que hemos logrado entusiasmar a la gente. Incluso noto que acude más público a los mítines. Pero es una percepción mía que no se basa en ningún estudio científico, claro. Y de las encuestas... ¿Qué voy a decirle? Es verdad que no son todo lo buenas que uno quisiera. Pero, utilizando una expresión ya tópica, la verdadera será la del próximo día 19. En las urnas se ve la fiabilidad de los sondeos. Todavía queda una semana y las cosas pueden cambiar. Tenga en cuenta que todos los muestreos dan un porcentaje muy alto de indecisos.
P. ¿Cree que el que haya dos candidaturas de IU puede haber influido en esos resultados?
R. Es un elemento más. Pero, sin duda, el triste papel de Julio Anguita ha empañado la imagen de la izquierda y de nuestra coalición [con el PSdeG y Os Verdes]. Ha venido a hacer el trabajo a terceros, a enterrar a IU en Galicia. Él dijo que no venía a ganar votos. Pero a unas elecciones se va a ganar, a recoger votos. En su caso, sin embargo, tiene razón. Él viene a otras cosas, a hacer el trabajo sucio. Anguita nos ha hecho un daño enorme.
P. ¿Pero usted cree que la gente entiende esta división?
R. Hay un sector del electorado que no la entiende, aunque estemos haciendo verdaderos esfuerzos por explicarla. Sin embargo, el ir con los socialistas en esta campaña es una decisión democrática que Esquerda Unida-Esquerda Galega tomó en su momento. Y la tomó porque se trata de una oportunidad histórica para Galicia y para la izquierda, un punto de arranque muy importante para terminar de romper las barreras que dividen a la izquierda. A mí eso es lo que me parece más interesante: romper de una vez con un pasado de incomprensiones y divisiones.
P. ¿Qué le separa de sus antiguos compañeros?
R. Hay diferencias muy importantes. Pero, fundamentalmente, la reflexión de que EU-EG no podía seguir haciendo una oposición testimonial, que tenía que meterse como una corriente en la alternativa a la derecha, que no podía seguir en la marginación política y que tenía que llevar su voz al Parlamento.
P. Hay una pregunta obvia: ¿cree que. el modelo de candidatura gallega es extrapolable a otras partes de España?
R. Sin ser extrapolable, nuestra experiencia tiene que ser un aldabonazo para empezar a trabajar en una nueva etapa. La unidad de la izquierda en Galicia tiene que ser referencia para todo el Estado. Nosotros estamos convencidos de que el pasado del PSOE no podía impedir la colaboración del futuro. Y eso es una reflexión que debe extenderse a todos los ámbitos. Hay que echar abajo la teoría de la casa común y también la de las dos orillas. La izquierda tiene que aprender a colaborar. Esto que hemos hecho en Galicia será recordado como un principio histórico.
P. ¿Qué van a hacer en las próximas generales? ¿Se unirán a Iniciativa per Catalunva (IC) y Nueva Izquierda?
R. No lo hemos pensado aún. Es pronto para hacerlo. Pero sí puedo decirle que EU-EG no tiene vocación de partido aislado. La crisis de IU no ha terminado y el proyecto de Anguita lleva la crisis dentro. Hay mucha izquierda que no ha podido expresarse ni con el anguitismo ni con el felipismo. Por eso tenemos que construir una alternativa propia. Nosotros, desde luego, estamos convencidos de nuestra razón para haber llegado hasta aquí. Y eso que ha habido zancadillas. Pero la unidad era inevitable en la izquierda y reivindicamos haber sido los primeros en dar ese aldabonazo llamando a ella. Eso sí, siempre desde la identidad de cada uno, respetando y defendiendo la pluralidad.
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