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Equilibrio entre Sainz y Makinen en la apertura del Rally de San Remo

La lucha por el título mundial que dirimen Carlos Sainz y Tommi Makinen vivió ayer una jornada intrascendente por las carreteras del Rally de San Remo. La primera etapa de la penúltima prueba de la temporada no aportó luz al duelo entre el piloto español de Ford y el finlandés de Mitsubishi. Fueron 109 kilómetros -un tramo tuvo que ser anulado por exceso de público- de tanteo, en los que los dos grandes tenores fueron superados por los esperados árbitros de la carrera. Acabó de líder el ídolo local Piero Liatti (Subaru), seguido del belga Freddie Loix (Toyota), ambos con una ventaja cómoda sobre Makinen, tercero, y Sainz, cuarto.Sólo dos segundos separaron a la pareja que se juega el Mundial en los tres últimos rallies del año. El empate virtual reflejó la igualdad existente entre ellos. Incluso pareció que dejaran las hostilidades para más adelante. No pudieron, o no quisieron, jugarse la vida en mantener el elevado ritmo de Loix y Liatti, hombres que buscan el resultado brillante que les asegure un volante para 1998.

Quedó claro que estos pilotos pueden influir en el desarrollo de la lucha por el campeonato. La actuación de Loix, por cierto, significó buena nueva para Sainz, ya que el rendimiento del nuevo Toyota Corolla, vehículo futuro del campeón español, resultó prometedor. El piloto belga ganó dos de los siete tramos, que se corrieron en la etapa, mientras que Liatti se apuntó tres.Problemas de público

Los organizadores de la carrera volvieron a tener problemas para controlar al público y se vieron obligados a cancelar la cronometrada que abría el rally. Más de 30.000 espectadores tuvieron la culpa. El público se volcó con Liatti, vencedor este año en Montecarlo pero que no ha tenido continuidad en Subaru. El piloto italiano, experto sobre el asfalto y conocedor del recorrido, respondió obsequiando a sus fieles con el liderato. Su actuación fue claramente la más arriesgada, como se vio en el último tramo de la jornada, en el que logró un tiempo demoledor sobre el piso húmedo.

A Liatti le costó, no obstante, doblegar a Loix, la revelación del día. Al final, apenas dos segundos les distanciaron. Makinen quedó a a 27 segundos, Sainz a 29, el francés Didier Auriol (Toyota) a 34, el finlandés Juhan Kankkunen (Ford) a 34 y el escocés Colin McRae (Subaru) a 40.

"Todo está muy abierto", reconoció Sainz, que durante la etapa realizó algunas modificaciones en la suspensión para intentar mejorar el rendimiento de su coche. El Escort, sin embargo, volvió a adolecer de falta de potencia, su mayor inconveniente esta temporada en las carreras de asfalto. A pesar de las novedades que el equipo Ford ha introducido progresivamente a lo largo del curso, la competencia mantiene la ventaja. Así lo demostraron ayer Subaru y el debutante Toyota.

La segunda etapa debe empezar a aclarar la situación. Es la más larga (154 kilómetros y ocho tramos cronometrados) y la más exigente. Quien no estará en acción será el catalán Oriol Gómez (Seat Ibiza), que ayer tuvo que abandonar.

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