El Lleida obtiene, ante Osasuna, su primer triunfo

Un gran detalle de calidad de Calderón, digno de figurar en las mejores antologías futbolísticas, sirvió en bandeja la primera victoria del Lleida de esta temporada ante Osasuna, cuando la necesidad de puntos era una urgencia inaplazable para el equipo catalán, que sólo había sumado dos puntos en las primeras cinco jornadas y ocupaba hasta ayer el puesto de colista. El gol de Calderón llenó las gradas de pañuelos y justificó con creces la asistencia a un partido intenso y vibrante.Los jugadores del Lleida apelaron al orgullo para superar a un rival que llevaba cuatro temporadas sin perder en el Camp d'Esports y conseguir de paso salvar la cabeza de su entrenador, Juande Ramos, que en caso de derrota estaría haciendo ya las maletas. El Lleida empezó como siempre, dubitativo y desorganizado, pero el gol encajado en el minuto 9 en una jugada de estrategia del once visitante obligó al técnico a asumir riesgos impensables en otras situaciones: prescindió de un defensa y puso en el campo a Besirovic, un delantero con el que no contaba para nada. Y fue precisamente este jugador el autor del empate mediada la segunda parte, cuando Osasuna se había instalado en el conservadurismo y el Lleida se afianzaba a medida que pasaba el tiempo. Poco después una genialidad de Calderón, que sorteó a cuantos jugadores le salieron al paso, incluido el meta López Vallejo, hizo posible la remontada.