Desacierto en el remate
Vocación ofensiva. El Madrid salió con clara vocación ofensiva y demostró tener muchos recursos para crear fútbol. Sale por cualquier lateral y varía entre el pase corto y el largo.Con suerte. El Deportivo empezó mal. Perdía el balón con excesiva rapidez. Donato y Mauro Silva no conseguían conectar con los hombres más adelantados. Sólo la movilidad de Bassir le dio alguna opción. Se acumuló el trabajo en el aspecto defensivo y tuvo suerte de llegar al descanso sin encajar ningún gol.
Arriesgó. En la segunda parte, Heynckes sustituyó a Amavisca por Víctor, lo que llevó a Seedorf a la media punta y a Raúl al lado izquierdo del rombo. A medida que iba transcurriendo el partido y como los goles no llegaban, a pesar de disfrutar de buenas oportunidades, penalti incluido, el Madrid optó por arriesgar. Incorporó muchos jugadores al ataque, aunque de forma desordenada. Las ocasiones se siguieron produciendo pero faltó suerte y acierto para materializarlas. La entrada de Morientes por Suker, en esta ocasión, no surtió efecto.
Más presencia. Tras la reanudación el Deportivo tuvo más presencia. Conservó más tiempo el balón y gozó de oportunidades. Acabó cediendo mucho terreno y las llegadas al área se hicieron más esporádicas. Al final, con muchos apuros aguantó el resultado.
La presión. Díaz Vega no aguantó la presión del Bernabéu y compensó el error del primer tiempo señalando un penalti a un metro fuera del área. Tampoco se quiso complicar en la agresión de Hierro sobre Conceiçao y alargó el partido más de cuatro minutos.
Una anécdota. Es sólo una anécdota que el Madrid no consiguiera los tres puntos. El gran momento que atraviesa volvió a quedar de manifiesto. Todos los jugadores participan con alegría y confianza. Siempre hay gente que quiere la pelota. Los continuos desmarques facilitan la labor. Jugando así los goles llegarán.
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