Alarmante objeción de conciencia

Quizá esta carta mueva risa, ya que soy uno de los típicos que quisieron hacer el servicio militar y fue rechazado.Yugoslavia y la URSS, dos Estados con sus diferencias internas, pero considerados civilizados, en los que, de la noche a la mañana, se produjeron atrocidades armadas sobre partes de ellos completamente indefensas: Croacia, Bosnia, Chechenia. Esto sucedió, en parte, porque ninguna de estas naciones tenía una fuerza militar disuasoria. En el caso de España prefiero referirme a la indefensión interna que nos produciría un servicio militar profesional.

El caso del sargento Miravete no me parece una justificación para el alarmante índice de objeción que se está dando. Casos como ése pueden ser prevenidos con una adecuada colaboración entre tropa y mandos, organismos militares y civiles como la Oficina de Defensa del Soldado. Si personas respetuosas con la tolerancia, la diversidad de razas y culturas y de orientaciones sexuales no cumplen con el deber constitucional de tomar las armas, otras, como las que hundieron el concierto dedicado a Miguel Ángel Blanco, lo harían encantados, con o sin paga, en detrimento de la sociedad democrática que los demás queremos construir y disfrutar.-