El Atlético, preocupado con su juego
Antic teme también la presión ambiental y el estado de excitación de Leicester
El Atlético ha alterado drásticamente sus sensaciones. Tan sólo unas semanas después de pronosticarse un año feliz y de holguras, ya se nota apretado, como si esta noche se jugara ante el Leicester toda la temporada El panorama ha cambiado. Las' palabras de Jesús Gil -"si no eliminamos al Leicester, apaga y vámonos", dijo ayer- tienen menos peso que los últimos resultados. Los rojiblancos han pasado de la autoconfianza superlativa al resbaladizo terreno de las dudas. Ya no se ven tan fieros como hace sólo unas semanas, ni tan vencible al rival con el que hoy deben entendérselas. para superar la primera eliminatoria de la Copa de la UEFA (21.30, Antena 3). La tensión es tal que hasta se puede tocar.Los madrileños llegan con una pizca de ventaja, el 2-1 de la ida, pero perciben en su contra otros factores: la influyente presión ambiental de los campos ingleses, el estado de excitación del adversario y los problemas propios, reconocidos por Radomir Antic sin rodeos y que afectan fundamentalmente al trabajo defensivo del equipo y a su concentración. "Tenemos demasiados despistes atrás", comentó el técnico serbio, "es un problema evidente". Por ahí, los últimos tres encuentros han tenido algunas conexiones preocupantes: un gol en contra en el primer cuarto de hora, pasividad en las jugadas de estrategia del adversario e irregularidad en el juego.
El Atlético está a la baja. El City, en cambio, pasa por sus mejores días, con la ciudad entregada y lo ' s jugadores, según palabras de su entrenador, Martin O'Neill, "sobreexcitados". Tercero en la Premier League, el Leicester se ha quitado de encima su victimismo inicial y le ha perdido el miedo al Atlético. Su propuesta es tan simple como eficaz: mucho derroche físico y una rentabilidad asombrosa a balón parado. Una fórmula que Antic, con indisimulada preocupación, define escuetamente: "No necesitan jugar bien para ganar". La baja del capitán inglés, Steve Walsh, un central duro de cintura, pero poderoso por alto y decisivo en el área contraria ha sido acogida con indiferencia en el Leicester, un conjunto que no parece sobrado de efectivos. En realidad, como el éxito de su fórmula depende antes de un cuerpo rocoso que de un futbolista, apenas le afecta: el delantero Marshall, el gigantón que marcó el tanto inglés en el Calderón, jugará de defensa y asunto resuelto.
El fuerte de los ingleses está en el juego aéreo, precisamente por dónde el Atlético ha enseñado más debilidad. Cuatro de los últimos cinco tantos recibidos por los rojiblancos llegaron por arriba. Como remedio, Antic rescatará del banquillo a López, el más poderoso musculosamente de cuantos futbolistas dispone en el plantel. No ha anunciado aún si lo utilizará como lateral o como central, pero el caso es que lo necesita: sabe que no se arrugará ante los tanques locales y además lo quiere en el campo por si el choque deriva hacia un duelo demasiado pasional.
Con todo, el entrenador serbio sabe que el desenlace de esta noche no depende tanto de los ingleses, Vulnerables al fin y al cabo en muchos aspectos, como de los futbolistas del Atlético: "Todo depende de nuestra actitud, de nuestra decisión para imponer nuestra forma de jugar". Si los rojiblancos no se arrugan durante la previsible sacudida inicial británica, si consiguen mantener la pelota en el suelo y logran explotar las combinaciones y la velocidad, su mayor, calidad debe decidir el partido.
Alineaciones
Leicester City: Keller; Prior, Elliott, Marshall, Guppy; Kaamark; Izzet, Lennon, Savage; Heskey y Fenton.
Atlético: Molina; López, Santi,, Andrei, Geli; Caminero, Vizcaíno, Juninho, Lardín; Kiko y Vieri.
Árbitro: Remi Harrel (Francia).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.