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DANZA

Gran producción

El público que llenó el teatro Arriaga de Bilbao se rindió sin condiciones (más de 15 minutos de aplausos) a la bella y lujosa versión de El Quijote del Ballet Comunidad de Madrid, nacida de la colaboración entre su director, el coreógrafo Víctor Ullate y el figurinista y escenógrafó Roger Salas. Una colaboración que obtuvo su primer éxito en 1995 con el montaje de Gisélle.Esta espectacular puesta en escena de tres horas de duración, con 60 bailarines en el escenario, 240 trajes y un presu puesto de 149 millones, que únicamente se ha visto en nuestro país a cargo de grandes compañías internacionales, se presentará en julio de 1998 en el Teatro Real de Madrid, tras una gira que se inicia el 14 de octubre en Barcelona.

Don Quijote

Ballet Comunidad de Madrid.Director: Víctor Ullate. Coreografía Víctor Ullate a partir de las originales de Marius Petipa y Alexander Gorski. Música: Ludwing Minkus. Escenografia y vestuario: Roger Salas. Diseño de iluminación: Olga García. TeatroArriaga. Bilbao, 26 de septiembre.

El Quijote de Ullate, dividido en un prólogo y tres actos, ha sido muy

respetuoso con el original de Marius Petipa (1869) y la versión de Alexander Gorski de 1900; sólo se ha permitido ciertas libertades coreográficas de estilo folclórico y contemporáneo, que enfatizan el carácter español de la obra y le dan una mayor frescura y actualidad. La coreografia en general ha conservado la riqueza y perfección técnica de las figuras y de los pasos y la fantástica variedad de los enchaînements, tanto en los trozos académicos como en las danzas de origen popular, tales como la morena, el baile de los pícaros, la jota y la cigala entre otras, que si bien aquí son estilizadas se distinguen por el color y el carácter del país donde se desarrolla la acción.

El mejor aliado de esta versión es la escenografía y los magníficos trajes de Roger Salas, que ha realizado un me-

ticuloso y fiel estudio de los figurines rusos y del tiempo en que vivió Cervantes. Su imaginación para la combinación de colores y gusto por las telas, produce una total embriaguez visual, que apoya el excelente diseño de luces de Olga García. Entre las escenas más sugestivas, señalar el fragmento de los toreros, su danza viril y el diestro manejo del capote entusíasmó al espectador, al igual que el fragmento del campamento de los gitanos, donde las mujeres bailan una sensual danza a la rosada luz de los atardeceres de La Mancha.

Un gran acierto de esta versión es el personaje de Don Quijote, magistralmente interpretado por Víctor Orive; es un ser tierno, humano, con una gran nobleza interior, muy alejado de las caricaturas esperpénticas que presentan otras versiones.

En cuanto a la intepretación hemos de destacar el trabajo titánico que ha realizado Ullate para unificar estilos y cohesionar al grupo, pues su compañía, integrada por 20 bailarines, se duplicó para este montaje. En los principales papeles, destacar por su técnica y brillante interpretación a Eduardo Lao (Espada), Ana Noya (Mercedes), Rosa Royo (Reina de los Gitanos) y Víctor Jiménez (Rey de.los Gitanos). El día del estreno, la pareja principal fue la exquisita María Giménez (Quiteria) y el vital Jesús Pastor (Basilio); al día siguiente, Ruth Miró y Carlos López realizaron una apasionada creación.

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