_
_
_
_

Con el globo a cuestas

El éxito de participación convierte el cielo de Aranjuez en un clásico de las regatas de aerostatos

Los malos augurios climatológicos no hicieron mella ayer en el comienzo de la IV Regata de Aeroestación de Otoño de Aranjuez. Con un ligero retraso sobre el horario previsto, cerca de las nueve de la mañana, 14 globos aerostáticos sobrevolaron el Real Sitio. Este año es la primera vez que participan dos equipos extranjeros, procedentes de Inglaterra y Suiza.Lo primero que advierten los participantes es que los globos no vuelan, flotan. Se dejan mecer por las corrientes de aire. La maestría y el dominio del piloto hacen que el globo se sitúe a distintas alturas hasta encontrar la corriente que busca e ir así en la dirección deseada.

Desde primeras horas de la mañana, numerosas furgonetas y todoterrenos con carromatos se dieron cita en la plaza de la Mariblanca para montar los globos. Una veintena de personas sacaban cestas, montaban varillas, comprobaban las estufas de gas propano y desenvolvían las lonas multicolores mientras ventiladores gigantes removían aire caliente para inflar los globos.

"La tarea no es difícil, es rutinaria y sencilla, aunque a veces se complica, como hoy. Algunos globos se mojaron el viernes y los cierres no pegan bien. El aire se escapa y estamos tardando un poco más", decía José María Sambola, organizador de la regata.

Esta prueba deportiva está organizada por el Ayuntamiento de Aranjuez, la empresa Airespaña y casas colaboradoras. "En 1991 hicimos aquí un campeonato de España. A las autoridades les gustó, y hace cuatro años se empezó a promocionar esta regata, que cada vez tiene más calidad. Este año ha sido la tercera de España en equipos participantes, 14. La más importante es la de Mallorca, con 40 globos, seguida del campeonato de España, que este año tuvo 19", decía Sambola.

La mejor hora para este tipo de pruebas deportivas es la mañana, debido a las corrientes de aire que se forman en la atmósfera. Los componentes de los distintos equipos tenían edades variadas, desde el más veterano, Eugenio Martín, con más de 60 años a sus espaldas y el carné número uno de piloto, hasta algunos veinteañeros.

"Llevo muchos años participando en regatas. Hace poco tiempo en España sólo éramos cuatro, o cinco los que montábamos en globo y ahora hay una veintena de clubes", decía Martín. "Un globo cuesta alrededor del millón y medio de pesetas. Si hay afición no es un precio inalcanzable", añadía.

Todo el material que compone el globo se guarda en un cesto de aproximadamente metro y medio de ancho y un poco más de largo. Los regatistas lo suelen guardar en su casa o en el trastero, cuando disponen de él.

La prueba de ayer por la mañana consistió en una persecución. Un globo sale en primer lugar, y el resto, cinco minutos más tarde. El objetivo es la caza del primero y aterrizar lo más próximo a él.

La regata continuará hoy domingo a las ocho de la mañana. Desde las once habrá globos cautivos en la plaza de la Mariblanca, a la vista de todos los aficionados y curiosos que quieran acercarse hasta Aranjuez.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_