Cuando un 13 + 1 no cuadra

El martes por la noche, en el fortín de San Roque -el, hotel de los equipos-, Miguel Angel Martín y Severiano Ballesteros estuvieron hablando, se dijeron las verdades, dejaron las cosas claras, se estrecharon la mano y se dieron un fuerte abrazo. El jugador onubense, excluido del equipo europeo privándole del derecho a tomar él mismo la decisión, adquiría el título de miembro no jugador y, por lo tanto, podía salir en la foto. oficial del equipo, una de sus reclamaciones innegociables.Parecía, en efecto, todo resuelto cuando a las 9.15 de ayer Ballesteros y Martín bajaban juntos y se unían al resto de componentes del equipo para hacerse la foto oficial. En la primera pose, Martín posó con todos, incluido Jaime Ortiz Patiño, el dueño del campo. Quizás un pelín más serio que los 12 jugadores jugadores, pero allí estaba, con uniforme y demás. En la segunda pose, sin Ortiz Patiño, pero con Miguel Ángel Jiménez, ayudante de Ballesteros en la capitanía europea, también estuvo el onubense. Pero terminada ésta, se acercó el maestro de ceremonias y les dijo a Jiménez y Martín que se fueran; llegaba la foto buena, la 12 + 1: los jugadores y su capitán. Martín, descompuesto, cogió su chaleco y se fue solo. "Estoy hasta las narices", dijo, dando una patada a una bola que había por ahí suelta. "Me voy". Se quedó a unos 200 metros del grupo que seguía fotografiándose, rumiando su malestar. Y cuando se le pidió que bajara para retratarse sólo con los otros españoles del equipo, costó Dios y ayuda convencerle.

Las tres horas siguientes fueron de una tensión inaguantable. Llamadas telefónicas, la mujer de Martín llorando... Todo el arreglo diplomático parecía haberse ido al traste. Evidentemente, se desconvocó la conferencia de prensa conjunta con Ken Schofield, director ejecutivo de la PGA y miembro del comité de la Ryder, donde ambos darían por cerrado el caso abierto el. pasado 1 de septiembre. Pero a las 13.00 horas, sorprendentemente, la conferencia de prensa tuvo lugar, así como la emisión de un comunicado oficial. "Esperemos que ningún jugador que se clasifique en el futuro tenga que pasar por la situación de Martín", dijo Schofield, reconociendo que las cosas no se habían llevado de la mejor manera.

Sin embargo, a su manera, Martín dejó bien claro lo que pensaba. Como miembro del equipo ha sido invitado a seguir en Valderrama, pero él ha decidido no aceptar y marcharse a Madrid. "Me vuelvo para casa porque no me encuentro con el feefing [sic] con el que hay que estar aquí", dijo. 13 + 1 no cuadran. Final de la polémica.