Radiografía del Parlamento

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) quiere tener un retrato lo más ajustado posible de los diputados e incluso conocer los aspectos ideológicos de sus familiares. Cada parlamentario ha recibido un cuestionario de este centro en el que, entre otros muchos aspectos, se pregunta por la ideología de los padres, y por el tenor de las conversaciones que se mantenían en sus casas durante su infancia y juventud. También el CIS quiere saber las relaciones que cada cual mantiene con diputados de otros grupos parlamentarios. La directora del CIS, Pilar del Castillo, les garantiza por carta absoluto secreto.En esta carta se explican las razones por las cuales el CIS les remite este exhaustivo cuestionario: "La investigación se basa en una encuesta a cada uno de los miembros del Congreso con el objeto de conocer sus actitudes y opiniones sobre diversos temas relacionados con su actividad parlamentaria". Una vez codificada la información, explica Del Castillo a los. diputados, "se le enviarán los resultados del estudio, que espero sean de interés para su labor de legislación, control y representación".

La primera pregunta se dirige a saber si en la casa del diputado durante su infancia y juventud se hablaba mucho, bastante, poco o nada de política. Si de esas conversaciones se deduce que había en el seno familiar acuerdo o desacuerdo. En seguida se abre un casillero para que el diputado sitúe a su padre y a su madre en el espectro ideológico, entre la izquierda y la derecha.

El cuestionario trae al diputado a la actualidad y le pregunta con qué frecuencia habla de política con sus amigos y familiares y si algún pariente participa activamente en esta actividad. Además de su afiliación a un partido se le interroga sobre si pertenece a un. sindicato, a una asociación religiosa, a un colegio profesional, a una asociación ciudadana, deportiva, cultural, u otras.

En materia estrictamente parlamentaria, el CIS quiere saber a quién cree el diputado en cuestión que representa durante su actividad: a todos los españoles, a los votantes de su partido, a los electores de su provincia, al partido político al que pertenece o a un grupo específico de la sociedad. En el cuestionario se aborda el espinoso asunto del transfuguismo, al preguntar la opinión del diputado sobre qué debe hacerse cuando un parlamentario abandona la vinculación con el partido que le presentó: conservar el acta e integrarse en otro grupo o renunciar al escaño.

El encuestado debe responder cuál es el procedimiento que sus electores utilizan para ponerse en contacto con él: la sede del partido, el grupo parlamentario, personalmente o por correo.

Las relaciones con los adversarios políticos son también objeto de curiosidad. Durante el trabajo diario el parlamentario tiene relaciones "de enfrentamiento", de colaboración o un poco de ambas. "¿Hasta qué punto cree que se puede confiar en los diputados de otros grupos?". Debe responder que totalmente, con reservas, con desconfianza aunque hay excepciones o con total desconfianza.

El cuestionario termina con cuestiones de conciencia, como es la de la libertad de voto. Se pregunta hasta qué punto debe exigirse siempre la disciplina.