Jospin considera antieconómico reducir jornada y no salarios

Lionel Jospin ha decidido apretarle las tuercas a sus aliados comunistas. El próximo 10 de octubre ha de abrirse la prometida conferencia salarial alrededor del tema de la reducción de la jornada laboral. El Gobierno de izquierda plural acudirá a este encuentro con sindicatos y representación patronal bajo el peso de una fórmula recién acuñada por el primer ministro: "La idea de las 35 horas pagadas 39 no es nuestra. Sería antieconómica".De entrada, Jospin delega sobre las espaldas de los comunistas una frase que es cierto que él nunca pronunció, pero que tampoco tuvo gran interés en desmentir. Luego precisa que "los socialistas no hemos accedido al Gobierno para programar una reducción salarial".

La derecha puede que intente aprovechar la aparente contradicción entre las dos declaraciones, pero ya sabe que Jospin va a referirse al precio de la hora trabajada y que, en cambio, va a reprocharles el que hoy, en Francia, si se suprimieran las horas extraordinarias acordadas los últimos años, ya habría 650.000 parados menos. Para los comunistas la culebra puede que resulte más difícil de tragar pero Jospin, literalmente, nunca ha mentido sobre la cuestión.

"La reducción de la jornada de trabajo sólo puede hacerse con el acuerdo de las empresas", ha dicho también el primer ministro. Estas sugieren la vía de la anualización del tiempo de trabajo, mientras los socialistas proponen la reducción progresiva y prudente de la jornada y, sobre todo, una extensión del trabajo voluntario a tiempo parcial, sostenida esta última fórmula por la dirección y los sindicatos en Renault.

En el fondo la única experiencia satisfactoria, desde todos los puntos de vista, de la reducción de la jornada laboral con mantenimiento del mismo nivel de remuneraciones es, en Francia, la que lleva practicando desde 1981 el ayuntamiento de Toulouse, que desde entonces y hasta ahora está en manos de la derecha.

El líder de la patronal francesa, Jean Gandois, calificó ayer de "gran progreso" el razonamiento de Lionel Jospin.