COPO FAMILIAR

El mundialmente famoso violoncelista Mstislav Rostropóvich y Mijaíl Shvidkoi, director de Cultura, el nuevo canal de televisión estatal que pretende dedicarse a lo que su propio nombre indica, convirtieron ayer en Moscú una conferencia de prensa en un particular psicodrama. Shvidkoi comenzó informando de que Naína, la esposa del presidente Borís Yeltsin, había aceptado encabezar el consejo de vigilancia de la nueva cadena, y allí mismo pidió a Rostropóvich que se convirtiera en el otro copresidente. El artista dijo que se lo tenía que pensar, pero lanzó la contrapropuesta de que dirija el consejo el propio Yeltsin, ya que fue suya la idea de crear la nueva emisora, que tendrá cobertura nacional y sustituirá al actual Canal 5 de San Petersburgo. "Yeltsin no tendría que pasar una carga tan pesada ni siquiera a los hombros de una mujer tan maravillosa como su esposa", añadió diplomáticamente el violoncelista. Y, con el aplauso de los periodistas presentes, el director de Cultura se sumó a la propuesta. Ahora, la pelota está en el alero del presidente. Hasta ahora, Naína Yeltsin ejerce su papel de primera dama de Rusia más al estilo de Barbara Bush que al de Hillary Clinton o Raisa Gorbachova, es decir, con una presencia modesta y bonachona que tiene claro que no debe meterse en los asuntos de Gobierno. En cambio, Tatiana, una de las dos hijas del líder del Kremlin, juega un papel fundamental en los entresijos palaciegos del poder y, aunque en teoría sea una simple asesora, es considerada como el mejor de los conductos posibles para acceder al presidente. En cuanto a la otra hija de Yeltsin, Yelena, está al margen de los círculos de poder, aunque no del todo, a juzgar por el cargo que ha logrado su marido: director general de Aeroflot, la compañía de bandera rusa.-