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El Gobierno francés presenta en el Parlamento su plan de empleo juvenil

El Gobierno socialista francés presentó ayer al Parlamento el plan de empleo juvenil, tramitado con carácter urgente, que establece la creación de 350.000 puestos de trabajo a lo largo de los próximos tres años en sectores dependientes de la Administración pública. Mientras, el primer ministro francés, Lionel Jospin, defendía su estrategia de venta controlada de empresas públicas en una entrevista a Le Monde.

El debate parlamentario sobre los nuevos empleos públicos juveniles, 50.000 deben crearse antes de que concluya el presente ano, inauguró ruidosamente el apretado curso político francés precediendo a cuestiones como la ley de Presupuestos y la de financiación de la Seguridad Social.La primera jornada parlamentaria permitió al Gobierno de la izquierda plural francesa ofrecer una imagen de unidad de cara a futuras confrontaciones, frente a una oposición que no encuentra en el plan de empleo juvenil la falla ideal sobre la que articular su pase a la ofensiva.

Aunque el trámite del Senado, de mayoría conservadora, puede retrasar el proyecto de ley presentado ayer, nadie duda de que la actual mayoría parlamentaria de izquierdas conseguirá su aprobación. El índice de paro juvenil en Francia es del 26,3%, cinco puntos más que la media europea.

Pese al propósito declarado de los máximos dirigentes de la derecha francesa de iniciar cuanto antes un oposición firme y severa, el rechazo al plan socialista careció de convicción y unanimidad. Los diputados conservadores incidieron en el temor, señalado días atrás por el presidente de la República Jacques Chirac, de que transcurridos cinco años, fecha límite de duración de los contratos, los 350.000 nuevos empleados acaban por engrosar las abultadas filas de funcionarios.

Frente a la tibieza crítica de la derecha, que se mostró desconfiada sobre la eficacia de este tipo de medidas la ministra de Trabajo Martine Aubry habló de solidaridad, de la desesperación de los jóvenes, de la situación social en los extrarradios de las capitales francesas.

Mientras, el primer ministro francés, Lionel Jospin, admitió ayer en una entrevista con Le Monde la posibilidad de que las empresas . públicas sean privatizadas y subrayó que las aperturas de capital "serán guiadas por motivos industriales y no por ideología".

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