Un paraíso interminable
3.500 personas disfrutan de diez horas de títeres en el parque del Retiro
Da igual que llueva o caiga un sol de justicia, que el día se presente claro o que amenace tormenta, sea cual fuere el tiempo que nos regala la meteorología, el Teatro de Títeres del Retiro, el pequeño anfiteatro a cielo raso del parque, se llena hasta la bandera.Si además se trata del festival Titirilandia, grueso del apartado infantil de Los Veranos de la Villa en los últimos cuatro años, la presencia de público está garantizada en sus funciones de tarde y en las de noche, en días laborables (viernes) y en fines de semana (sábados y domingos).
Así lo han aprendido sus organizadores, la asociación cultural Rayuela (Los Títeres de Horacio, Marimba Marionetas y La Gaviota), y, aunque el día amanezca nublado, los titiriteros no dejan de montar sus cachivaches. Saben por experiencia (después de este verano particularmente accidentado en el clima) que si la lluvia arrecia en medio de una función, el público sacará sus paraguas con toda la naturalidad del mundo y aguantará hasta el final. Es un paraíso infantil que nadie se quiere perder.
Así ocurrió ayer, una jornada confusa en la que algunas nubes se empeñaron en ocultar a ratos el sol. Pero no fueron impedimentos suficientes para que la clausura de Titirilandia 97, que, como viene siendo habitual, consistió en un maratón de 10 horas casi ininterrumpidas de títeres, se celebrara con todo su esplendor. A la hora prevista, las doce de la mañana, hicieron su aparición los muñecos de la compañía La Gaviota para representar el clásico cuento de Hansel y Gretel. Ya hacía buen rato que el Teatro de Títeres tenía ocupada la totalidad de sus gradas y buena parte del suelo útil en la parte delantera del escenario. Como telonero, un grupo de animadores de la organización Ayuda en Acción llevaba un par de horas realizando distintas actividades con los pequeños, desde maquillaje hasta pinturas o sorteos, con objeto de recaudar fondos para un plan de ayuda a las- escuelas salvadoreñas.
Según las cifras aportadas por los organizadores, una media de 500 espectadores asiste a cada sesión del Teatro de Títeres (sin contar las realizadas en Casa de Vacas); de modo que alrededor de 30.000 niños han pasado este año por las 57 funciones. A la maratón de ayer acudieron unas 3.500 personas.
Los reincidentes son muchos. Se deduce por los chavales que se saben las obras casi de memoria y que son capaces de decir algunas frases antes incluso que los protagonistas.Un ejemplo: cuando Borito (Las aventuras de Bor, de Marimba Marionetas) enseña al público el conjuro para hacer desaparecer a los malos, los pequeños se apresuran a gritar "monstruo, como yo te he creado, te ordeno que desaparezcas". Los titiriteros saben que el público que se da cita en el parque del Retiro es absolutamente incondicional y la noticia ha salido de la Comunidad de Madrid.
El propio José Luis García, director del certamen, ha asegurado en alguna ocasión que hay grupos profesionales que rebajan sus precios para poder acudir al pequeño anfiteatro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.