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VUELTA 97

El hombre de los excesos

Tan demoledores como sus ataques lo son los desfallecimientos de Laurent Jalabert

Carlos Arribas

Si se tratara de otro corredor, habrían saltado las alarmas. ¿Cómo es posible que al día siguiente de hacer una exhibición de fuerza y calidad, ganar la etapa y coger el liderato, un gran ciclista pueda perder más de ocho minutos en cinco kilómetros de un terreno en el que se ha mostrado maestro otras veces? Hablando de Laurent Jalabert, el ganador de la Vuelta del 95, que no se extrañe nadie. No es nada nuevo en él esa situación. Y no sólo de un día para otro -como en la Dauphiné del 96-, o en toda una carrera -los dos últimos Tours-, sino en un mismo día. En la última Vuelta a Flandes, lanzó un ataque demoledor a pocos kilómetros de la meta y sufrió un desfallecimiento tremendo poco después. El, el francés de la arrancada explosiva, el hombre del todo o el menos que nada, parece que lo tiene asumido. No parece sorprenderse por nada. No se pregunta por las causas."No sé lo que pasó", dice. "Había comido bien durante la etapa, que nosotros mismos hicimos muy dura, e iba perfecto subiendo Sierra Nevada, pensando en el final, pero a 10 kilómetros empecé a sentirme mal. Fatal. Vacío del todo. Aunque no hubiera arrancado Escartín me habría quedado".Jalabert lo tiene asumido. Sabe que difícilmente podrá ganar la Vuelta, igual que hace un año -una enfermedad intestinal lo dejó KO- o igual que los dos últimos Tours, pero sabe que aún tiene un papel que jugar. "Lo primero que haré será intentar recuperarme". Para ello, antes de los tremendos cuatro días de montaña de la próxima semana, tiene otros cuatro días: ayer, la contrarreloj, el día de Plasencia y el día de descanso. "Luego, intentaré ganar alguna etapa". Es un hombre que no puede parar quieto. El último Tour, en el que estaba para el arrastre, no paró de intentar escaparse, aunque luego perdiera minutadas. "Y también ayudaré a Alex Zülle". Y no en ese orden.Se enfada Jalabert cuando se le pregunta si no sería mejor dedicarse a preparar el Mundial de San Sebastián. "Estamos en la Vuelta, ¿no?", dice. "Yo mientras estoy en una carrera sólo pienso en lo que disputo". El sentimiento del profesional que lo da todo en donde está. "Además, la Vuelta es algo importante. No necesito pensar sólo en ganarla para motivarme en ella. Hacer un buen puesto o ganar etapas ya es suficiente para que yo me vacíe".

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Apuesten a que Jalabert no parará tranquilo en cuanto aparezca un repecho o lleguen los puertos. Volverá a ser el mismo del comienzo de la Vuelta. Pase lo que pase. Gane o no gane. caiga quien caiga. Sin desanimarse pese a que le costara seis etapas lograr 26 segundos de bonificación y sólo cinco kilómetros perder ocho minutos.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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