_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Celebración moscovita

CON GRANDES fastos, los moscovitas celebran los 850 años de su ciudad, la capital de Rusia. Curiosa fecha de celebración, pues la fundación de Moscú no data de 1147, sino la primera referencia escrita a la ciudad en crónicas monásticas. Hay algo de artificial en esta celebración, ocasión de poner de relieve la figura del alcalde presidenciable, Yuri Luzhkov, bajo cuya vara Moscú ha cambiado profundamente. Pero también tiene mucho de real, pues refleja cómo los rusos buscan puntos de referencia en una Historia que una y otra vez han tenido que volver a reescribir, cuando no a empezar.La transformación de Moscú en los últimos años ha sido espectacular. Los grandes edificios se han lavado la cara, o incluso se han reconstruido desde. la nada, como la catedral de Cristo Salvador. Moscú va bien, pese a que sus suelos e inmuebles, demasiado a menudo, se hayan privatizado, en un capitalismo de bandidos que ha beneficiado sólo a unos cuantos. Ésta es una urbe boyante, cuya economía crece tres veces más rápido que el conjunto del país. Moscú, la ciudad más cara de Europa, tiene también lados oscuros, como su tremenda inseguridad, las medidas racistas con las que chocan los foráneos de otras regiones o las dificultades que tienen para subsistir los numerosos habitantes que reciben míseros sueldos o pensiones públicos.

Los efectos del brutal cambio de sistema -de una economía planificada comunista a una economía de mercado en la que dominan los grupos y las mafias- han sido sumamente desiguales entre la población moscovita y en el conjunto de la Federación Rusa. Recientes estudios indican que el consumo de carne y leche por persona se ha reducido espectacularmente en Rusia, mientras que ha aumentado el de la patata, base, con el pan, de la alimentación del ruso medio.

La gran masa para la que la situación no ha mejorado, sino que ha empeorado, ha sido hasta ahora paciente y resignada, pero puede llegar a estallar. Es necesario que la mejora económica llegue a esa población, frente a la realidad que cobra un chiste que circula entre los rusos: "Ahora sabemos que todo lo que nos dijeron sobre el comunismo era falso. Y que todo lo que nos dijeron sobre el capitalismo era verdad".

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_