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Balones fuera

Ningún favorito se reconoce como tal en la salida de la Vuelta

Carlos Arribas

De repente el miedo. O la táctica. O el contador de palabras. O los hechos cercanos. La ceremonia, de la víspera de la Vuelta fue la del olvido de las machadas. La de los balones fuera y que los coja quien quiera, que a mí me queman. Olano sólo es el máximo favorito para sus rivales, que no para él. Jalabert otro tanto y de Zülle no digamos. Dufaux es un cordero y Tonkov el ogro, aunque éste ayer se encontró con un problema: fue golpeado por un coche mientras se entrenaba y fue trasladado a un hospital. Sus técnicos aseguraron que hoy tomará la salida, pero habrá que comprobar si hay seculeas del golpe recibido en su hueso sacro. Escartín también debe contar. Y nada más. Unzue, Saiz, Roussel, Pino y compañía. Los directores y algún ciclista tocan madera y hablan. Y miran para otro lado. Y Olano da una lección de toreo.Que alguien diga si alguna vez ha oído una frase más repetida que ésta -"vengo con mucha ilusión y con ganas de hacerlo lo mejor posible"- en cualquier acontecimiento deportivo. A ella se agarró un Olano sonriente, distendido, bromista y generoso en su conferencia de prensa. Modelo para copistas. Sólo que su propio estado de ánimo parecía traicionar sus palabras.

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Otro modelo de conducta. "No, los favoritos son Olano y, después, Jalabert. Dufaux no es más que un outsider". Lo dice Bruno Roussel, el director francés del Festina -sólo se llamará su equipo así hasta Huelva, en territorio extranjero, después será Lotus -justo en la fachada del Monasterio de los Jerónimos, enfrente de la torre de Belem, a orillas del Tajo ya mar. Habrá que creerle ya que el escenario obliga. Pero ¿por qué?. ¿No es acaso su presencia, la de Roussel, el todopoderoso director, aquí en la Vuelta, una carrera en la que nunca había estado,, un indicio de que espera lo mejor de su corredor?.

Olano, el único ciclista que convocó a los medios, continúa con su faena. "No soy el favorito", dice. "Es como cuando el Tour. El favorito era Riis, el campeón saliente, y ahora es la ONCE, que lo ha ganado dos veces". El guipuzcoano, fino como en el Tour 71 kilos y 6% de grasa-, se siente bien. El mes de agosto -sólo ocho días de competición- ha sido de mantenimiento -sólo cuatro días con entrenamientos de calidad- y de recuperación.

Ambas cosas ha hecho; ha mantenido la forma con la que terminó el Tour ganado la contrarreloj a Ullrich, y ha recuperado las ganas de correr y ganar, el ansia psicológica de competir. Y de responder. "No era cierto que fuera pasado de rosca al Tour. El cuerpo tiene sus altos y sus bajos y en el Tour me tocaron los bajos". Es su conclusión de su cuarto puesto y de la agonía en la montaña. "Pero no estoy mejor que antes del Tour. Entonces también iba muy fácil". Una forma de no decir nada. Olano tiene moral porque en este mes, en la Vuelta a Burgos, subiendo las Lagunas de Neila, vio cómo le entraba el turbo en la montaña. Cómo su motor subía de revoluciones ascendiendo. Ha recuperado potencia, subiendo, su punto débil. Y en esta Vuelta tan montañosa -cuatro finales en alto consecutivos- es fundamental.

Roussel continúa leyendo la Vuelta. Quita posibilidades a su nuevo reclutamiento, Alex Zülle. "Deberá intentarlo hacer bien un día y pensar en el Mundlial contrarreloj", dice. "Es como mejor le iría". Sin embargo, se queda sólo en la solicitud. El suizo, defensor del título, es el hombre más temido precisamente porque nadie sabe cómo está. Precisamente porque es el corredor más parecido a Olano: buen contrarrelojista y resistente en la montaña. Lo de hablar de Tonkov y demás son maniobras de distracción.

Como la teoría del abanico -no la del viento- a la que se han abonado los de Banesto y ONCE. "Es una teoría interesada ésa de que esto va a ser un duelo cara a cara", dice Manolo Sáiz. "Es la Vuelta en la que más equilibrio de favoritos hay en el kilómetro cero", dice Unzue. "Nosotros, la ONCE, el Mapei de Torikov y el Festina de Dufaux". Nada de duelo. Lucha abierta.

Ninguno lo dice, pero a todos se les ve en la cara: están convencidos de que va a ser una Vuelta apasionante.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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