Un gran cilindro de aluminio en Florida
El primer cargamento estadounidense es puesto a punto en un hangar gigante en el Centro Espacial Kennedy en Florida (EE UU). Una suave brisa recibe a aquellos que entran en la enorme sala limpia y cavernosa, un signo de la presión del aire en movimiento que hace que el polvo y la suciedad circulen hacia el exterior.Se trata de un gigantesco cilindro de aluminio, de 6,7 metros de alto y 4,5 de ancho, que hará las funciones de pasarela. Conocido como Nodo 1, tiene seis compuertas destinadas a unir los módulos de vivienda con los módulos de trabajo y está atravesado por 216 tuberías para líquidos y 121 cables eléctricos.
Esta unidad plateada está rodeada por tres niveles de pasarelas y andamiajes. Los técnicos caminan por ellos vestidos con trajes azul claro, con los zapatos recubiertos y a veces también sus bocas. "No puede mascar chicle aquí", dice un técnico a un visitante que incumple las normas.
François, el director informático de la estación espacial, comenta que los equipos trabajan turnos de 12 horas, alternando labores de acabado y pruebas de los equipos.
Pruebas
Debajo del Nodo 1, en medio de la oscuridad, unos técnicos se apiñan alrededor de una brillante pantalla de ordenador, controlando el trabajo. "La semana pasada realizamos la primera prueba de encendido eléctrico", dice O'Neal, uno de los directores de la estación. Los trabajadores estaban entusiasmados con los avances tras tantos años de aplazamientos.
Todavía falta conectar el Nodo 1 a los llamados adaptadores de ensamblaje presurizados. Sirven para facilitar el ensamblaje. Durante sus paseos espaciales, los astronautas fijarán los cables en unos grandes enganches blancos en su periferia.
Con los adaptadores de ensamblaje, el Nodo 1 pesará más de 12 toneladas, mucho peso, pero no es la carga de la estación que más pesa. Muchos satélites pesan menos de una tonelada.
Para intentar evitar los fallos en órbita, comentó O'Neal, hay en marcha planes para unir varios módulos en este mismo lugar el próximo verano, asegurándose de que funcionan en concierto. Hasta la fecha, nunca se ha intentado en tierra una prueba con piezas separadas de equipo informático espacial. "Será un reto", dice François. Su impresionante centro informático fue terminado en 1994 con un coste de unos 500 millones de dólares (75.000 millones de pesetas).
Está previsto que la estación tenga una vida de 10 anos a partir de que se complete su estructura en 2003.
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