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Entrevista:LUZ DE GAS

"Me apasionan los puntos suspensivos"

Sin ellos, ¿existiría el teatro español? Ella consuela y dice que sin los Rivelles, los Larrañaga, los Merlo, "el teatro sería menos teatro". Ella es la Larrañaga / estrella del tiempo. Ahora, desde la Semana Grande de Bilbao y desde su inteligencia fulgurante, en la escena del Consulado, dice el teatro de la esposa de su padre, Carlos, el actor hermano de Amparo Rivelles. Ana Diosdado escribió Decíamos ayer. Y en cuanto pasen los calores, Madrid sabrá de A. L. protagonizando la obra que también es dirigida por la autora. Todo es teatro, familia, aventura, la vida.Pregunta. ¿Es cierto lo que me han dicho: que toma lecciones de canto para debutar en el Teatro Real, que dice la ministra cultural que "es el mejor, teatro de ópera del mundo"?

Respuesta. ¡Qué broma le han gastado! Ni voy a clases de canto, ni fui nunca, ni tengo tiempo, ni me gustan las clases. Y canto como una almeja.

P. Pues si me lo permite, hablamos algo del punto, el punto y coma y la coma: en cosas de amor y de pasión, ¿es usted punto, coma ... ?

R. Puntos suspensivos...

P. ¿En qué es una coma?

R. Quizá en el trabajo.

P. ¿Nunca soñó con ser un punto y aparte?

R. Siempre he querido ser un punto y aparte.

P. El mes de agosto, con tanta fiesta de Vírgenes, ¿no le da una gotita de miedo?

R. Noooo. Si las Vírgenes llenan el teatro.

P. Una mujer tocando la gaita gallega en una orquesta gallega, ¿la sensibiliza?

R. Sin ofender, pero me da un poco la risa.

P. ¿Y una mujer policía municipal es erótica?

R. Para mí, no. Pero...

P. ¿Un cura debe tener sexo?

R. Debe tenerlo.

P. ¿Le gusta comer en los restaurantes de los trenes?

R. No, me gustan los trenes.

P. ¿Hacia dónde vamos usted y yo en este momento?

R. Usted no sé hacia dónde va; yo voy p'alante.

P. ¿Qué es la mentira?

R. Es algo absolutamente necesario para sobrevivir.

P. ¿Qué es la Semana Grande de Bilbao?

R. Es la gran semana del teatro.

P. De no llamarse Amparo, ¿qué le pasaría?

R. No es nombre que me guste, porque suena a tía-abuela o algo así. Pero por no renegar...

P. ¿Conoce la historia del teatro?

R. No mucho. El teatro me gusta hacerlo, pero no leerlo, ni verlo. No soy espectadora.

P. ¿Quién es mejor actor: José María Aznar, Felipe González, un cura de pueblo o su padre, Carlos?

R. Mi padre, sin duda; es el que mejor engaña.

P. ¿Ama con más salero en escena o en la vida de todos los días?

R. En la vida de todos los días; claro...

P. ¿Quién suele ser el de la suerte?

R. Otra. vez puntos suspensivos...

P. ¿Quién manda en su casa por las noches?

R. Suele mandar el libro.

P. ¿Quién manda en su alma a la hora del pecado?

R. Yo, absolutamente. ¡Qué rico, pecar!

P. ¿El teatro tiene alma?

R. Pretende tenerla.

P. Diga una palabra de usted.

R. Voluntad.

P. Otra palabra.

R. Pasión absoluta.

P. Perdóneme, se lo ruego: una palabra más.

R. Confusión.

P. ¿Le molesta algo en este momento?

R. En este momento, nada.

P. ¡Menos mal!

R. En este momento, ¡eh!

P. Es más teatro el teatro o un restaurante lleno a reventar; y sin música, claro.

R. Lo segundo: es donde me río de lo que no me río cuando estoy a solas.

P. ¿Qué será el teatro en un siglo?

R. No tengo mucha esperanza, la verdad.

P. El otro día, atravesando en tren unos maizales, pensé en usted: ¿qué le parece?

R. ¡Qué suerte tengo!

P. ¿Tiene contestador automático?

R. Y fax.

P. Y cuando regresa a casa y no tiene llamadas, ¿piensa?

R. Se me olvida poner el contestador.

P. Si en una ciudad todos los habitantes hablaran solos, ¿qué pasaría?

R. ¡Pero si ya hablamos solos!

P. ¿Brindamos para continuar nuestra historia o por el punto final?

R. Me apasionan los puntos suspensivos...

P. ¿Quiere hacer una declaración de amor?

R. Yo, sólo miro.

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