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Los socios de Kohl se disputan los ministerios clave ante el temor a un reajuste de Gobierno

Los socios menores de la coalición de Gobierno de centro derecha que gobierna desde hace casi 15 años en Alemania, los líberales (FDP) y socialcristianos bávaros (CSU), se han enzarzado en una disputa trufada de insultos ante un hipotético repartos de cargos ministeriales, incluso para después de las elecciones del año próximo. Todo ello provocado por las declaraciones el ministro de Hacienda, Theo Waigel CSU), al pedir primero una reorganizaión del Gabinete y luego manifestarse harto, tras ocho años y medio al frente de la más difícil cartera misterial.

En las filas de la democracia cristiana (CDU), el partido hermano mayor de la CSU, también se expresan de forma cada vez más descarada críticas a Waigel. El canciller democristiano, Helmut Kohl, concluye este fin de semana sus vacaciones en Austria y tiene previsto regresar el lunes a la Cancillería de Bonn. Menester lo tiene ' si quiere poner de una vez orden en el gallinero. Esta denominación no es una licencia metafórica del corresponsal, sino la expresión empleada por el vicepresidente de la CSU, Ingo Friedrich, hacia su socio de coalición, el FDP. Según Friedrich, el FDP se comporta "como un montón de gallinas excitadas" en sus críticas a Waigel y argumenta que el actual ministro de Hacienda sería la persona ideal para ocupar un ministerio de Asuntos Exteriores y de Europa. Añade Friedrich que el Mínisterio de Exteriores "no es una finca heredada por el FDP".Con esto, el dirigente socialcristiano (CSU) les ha mentado la bicha a los liberales (FDP), que sostienen que sus tres carteras (Exteriores, Economía y Justicia) son intocables, y tratar de sacar a Klaus Kinkel (FDP) del Ministerio de Exteriores equivale a certificar la defunción de la actual coalición. En Bonn, es un secreto a voces que Waigel (CSU) se sentiría feliz de dejar la incómoda cartera de 'Hacienda y pasar a ocuparse de la de Exteriores. Hace meses, Waigel decía, cuando le preguntaban por sus ambiciones en esa dirección, que como ministro de Hacienda viajaba lo suficiente y tenía bastante poder como para sentirse realizado. Ahora, ante la misma pregunta, Waigel responde: "No quiero entrar en especulaciones", y deja así abierta la puerta a las mismas.

Destacados políticos liberales (FDP) no se muerden la lengua al referirse a Waigel. La exministra de Justicia, que no hace mucho se sentaba con Waigel en el Gabinete, Sabine Leutheusser-Schanarrenberger (FDP), ha calificado al ministro de Hacienda, en declaraciones a la agencia alemana DPA, nada menos que de "riesgo absoluto para el país". Según la ex ministra, "un ministro de Hacienda y presidente de partido que salta a la palestra pública con expresiones tan diletantes y se pone a sí mismo el sello de ministro a plazo, no puede esperar ya la menor confianza" y añade: "Esto es el inicio del descenso definitivo del político Waigel".

El carrusel de las combinaciones marcha a toda velocidad en Bonn. Cada medio se lanza a sus propias especulaciones o menciona "fúentes especiales" sobre posibles reformas del Gabinete. Un periódico de Stuttgart asegura que el delfín de Kohl, el jefe del grupo parlamentario democristiano, Wolfgang Schäuble, podría ocupar una supercartera de Hacienda y Economía, para lanzar al electorado la idea de que las reformas van adelante. Otro periódico de Núremberg asegura que Kohl hará la crisis de Gobierno este otoño, con inclusión de las carteras que ocupa el FDP. Se refiere el periódico a "fúentes fiables" y a una conversación telefónica mantenida el jueves entre Kohl y Waigel.

La conversación existió, y así lo confirmaron los portavoces del Gobierno, que se negaron a facilitar cualquier información sobre el contenido y ni siquiera dijeron quién llamó a quién. Un portavoz desmintió la información de que se vaya a reorganizar el Gabinete este otoño. El secretario general de la CDU, Peter Hintz, declaró ayer que Kohl no modificará el Gabinete, salvo el cambio en su día, a finales de año, del ministro de Correos, por desaparecer el cargo.

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