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El Atlético aplasta al Tenerife

Espectacular partido del equipo rojiblanco, que goleó con diez jugadores

El Atlético continuó en Cádiz su trabajo de demolición sobre los rivales. Esta vez la víctima fue el Tenerife, que sucumbió de manera estrepitosa, incapaz de aprovechar su superioridad numérica. El equipo rojiblanco jugó con diez tras la expulsión de Molina en el minuto veinte, pero la maquinaria funcionó perfectamente.Los dos equipos se pusieron de acuerdo para obsequiar al público un partido vistoso, llamativo, que se festejó con nueve goles. Ganó el Atlético de Madrid con una tremenda facilidad: dos, tres pases, balones al fondo y gol.

Los pases en profundidad salieron generalmente de los pies de Junhino que cumplió su promesa. "Yo no hago muchos goles pero me gusta hacer pases para que mis compañeros los metan. Eso me hace feliz". Así fue aunque también se sumó a la cuenta con un tanto.

El Atlético dejó un excelente sabor para su afición en vísperas de la Liga. No sólo por el abultado marcador sino porque demostró una gran capacidad de, recuperación en los momentos de apremio. Ocurrió en el minuto 18. El tinerfeño Felipe se fue por la banda izquierda a gran velocidad. En el camino dejo su botín derecho. El atacante no estaba para estética sino que siguió la carrera fuerza. Tomó unos metros de ventaja a los defensores colchoneros que le perseguían y puso un centro preciso, para que Juanele entrara y rematara. La jugada, a todas luces ilegal, no le gustó nada a Molina y fue a recriminarle a López Nieto. En ese momento el Atlético ganaba 2-0. El juez, sin embargo, no sólo dio por válido el gol sino que le mostró la amarilla a Molina. "¿No se sabe el reglamento?", le preguntó molesto el portero. El árbitro le respondió con otra amarilla y lo expulsó.

Con un gol menos y un hombre más, el Tenerife pensó en cambiar el marcador. Pero en el minuto 25 Lardín sacó un remate diáfano desde fuera del área que se entró por la escuadra izquierda de un sorprendido Ojeda. Kiko demostró que también sabe colocar pases al estilo Juninho y mandó un balón cruzado para. que Aguilera entrara en solitario, driblara al portero y marcara el cuarto. El quinto fue obra de Kiko que hábilmente le gritó a Vieri que le dejara libre un balón porque si el italiano lo tocaba quedaba en fuera de juego. Vieri lo escuchó y ayudó a Kiko a salir por la puerta grande con ese gol. El Tenerife no se reponía y Juninho seguía feliz. La gente celebró en el estadio la lluvia de goles. Al final un 6-3 en vísperas de una fiesta que Cádiz no olvidará. El Atlético se llevó así su séptimo trofeo Carranza y lanzó un mensaje. Este equipo está para grandes fiestas.

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