Guardiola y Raúl como estandartes
Pese a la extranjerización del campeonato español, tanto el Barça como el Madrid mantienen en la cancha a dos futbolistas del país como signos de identidad. Van Gaal apuesta por Guardiola como estandarte del juego azulgrana, mientras que el abrillantamiento del fútbol blanco tiene como punto de referencia a -Raúl.El desplazamiento de Raúl de la demarcación de volante zurdo a la media punta era un movimiento que se coreaba desde la grada. A Capello se le recriminó reiteradamente su dictadura táctica. El método le llevó a sacar a algún futbolista de su sitio natural, y ese fue el caso de Raúl. Heynckes se propone devolver al jugador al lugar en el que nació como una de las novedades de su proyecto.
El propio entrenador es ilustrativo cuando se le pregunta al respecto: "Raúl jugará mucho más cómodo de media punta". "Es un jugador con mucho peso en el equipo", añade, "y mi intención es que este año tenga aún más. Es polivalente y, desde esta posición, tendrá más posibilidades de crear ocasiones de gol, pero ello significa también que tendrá que sacrificarse en tareas defensivas".Cerca del área
Raúl agradece el cambio porque se siente más cerca del área y, sobre todo, porque puede "tener más relación con la pelota". "Es un puesto bonito", matiza, "aunque implica mucho trabajo, pues hay que subir y bajar mucho. Creo, en cualquier caso, que desde ahí podré participar y apoyar mucho más en el juego del equipo".
La nueva vida de Raúl se presenta mucho más plácida que la de Guardiola. Van Gaal ha decidido edificar el nuevo Barça con Pep como la primera piedra. Le ha nombrado capitán, con la anuencia y votación de la plantilla, y le ha dado el mando en el campo desde la cueva del libre. El técnico entiende que los equipos se montan desde la defensa y, por tanto, da más prioridad a la demarcación del 3 que a la del 4 o a la del 6 Guardiola ha dejado de ejercer de medio centro para actuar de libero. La incógnita es si se trata de una interinidad, en espera de Frank de Boer o de otro futbolista de características similares -Blanc aparece hoy como un recurso desperdiciado-, o definitiva. Más que la reconversión de Guardiola, el problema para el equipo es el pastel que se origina en el medio campo con la ausencia del capitán. Guardiola asegura una buena salida del balón, un desplazamiento acorde con el ritmo que necesita el partido, y un corte aseado y sereno en defensa, caracteres difíciles de reunir en un central, pero el equipo pierde presencia en la divisoria y llegada al área. Van Gaal pretende que, una vez familiarizado con el puesto, Guardiola salga de la cueva del libre, y Reiziger -destinado a tomar al media punta rival- cubra su ausencia. "Tengo una panorámica más amplia del partido desde el puesto de libre", argumenta Guardiola, "y al mismo tiempo una sensación de gran responsabilidad, puesto que soy consciente de que soy el último hombre".
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