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Sarasola se desprende del hipódromo tras un año sin celebrar carreras de caballos

Antonio Jiménez Barca

El hipódromo de la Zarzuela, que albergó a temporada pasada bodas, torneos de tiro, rodeos y exposiciones de pesca, pero ninguna carrera de caballos, va a cambiar de manos. La empresa Socios Financieros asegura que ha llegado a "un principio de acuerdo" con Enrique Sarasola, actual estor de las instalaciones. El hipódromo atraviesa una crisis aguda que ha provocado el cansancio y el desánimo de los aficionados a las carreras y la huida de los dueños de los equinos hacia cuadras con más actividad. Sarasola lleva al frente del hipódromo cinco años.

Conchita Mínguez, amazona y entrenadora hípica, aseguraba ayer que "desde siempre había habido carreras de caballos en Madrid" y que la ausencia de competición durante esta temporada no tenía ningún precedente. "Este año ha sido un auténtico desastre", resume.Mínguez cuenta que en los círculos cercanos al hipódromo se conocía que Socios Financieros tenía la intención de gestionar la Zarzuela. "Francisco Jaquotot asesorará a esta empresa. Una buena elección, porque Jaquotot es alguien que entiende de verdad del asunto", añade la amazona, que está convencida de que en otoño los caballos volverán a galopar por las pistas del hipódromo: "Yo ya he visto a Jaquotot con un programa de carreras para otoño; me contó que lo fuerte empezará a partir de 1998, con una temporada plena", apunta Mínguez.

El hipódromo es patrimonio del Estado, y fue arrendado el mismo año de su construcción, en 1941, a la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar. La actividad comenzó a bajar a finales de los años ochenta. En 1992, la institución encaró su primera gran crisis: 2.800 millones de deuda.

El empresario vasco Enrique Sarasola se hizo entonces con el recinto hípico en régimen de concesión hasta el año 2014, comprometiéndose a resolver el agujero económico. Cinco años después, el hipódromo está todavía más enterrado: las deudas ascienden al menos a 1.700 millones de pesetas, y desde hace un año, el hipódromo sirve para cualquier cosa menos para lo que fue concebido.

"Desastrosa gestión"

"En Bosnia, lo único que pudo con el hipódromo fue la guerra; aquí ha bastado una desastrosa gestión económica", añade la amazona.El pasado mes de marzo, una cincuentena de trabajadores, la mitad de la plantilla, se manifestaron para pedir a Sarasola que renunciara a la concesión.

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De los 1.000 caballos que llegaron a residir en las cuadras del hipódromo de la Zarzuela, sólo quedan en la actualidad 50. En marzo del año pasado, los propietarios de los animales, viendo ya la excasa actividad de la Zarzuela, explicaban su decisión: "No podemos mantener nuestros caballos a punto todo el año, lo que nos cuesta un millón y medio al año por ejemplar, para que luego no compitan", justificaban.

La empresa Socios Financieros adquirirá, según explicó ayer en un comunicado, la totalidad de las acciones de la sociedad Hipódromo de Madrid, nombre de la firma regentada por Sarasola. La futura gestión del recinto hípico de Madrid quedará en las manos de Rafael de Riego.

Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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