Un largo proceso de divorcio

Las diferencias entre Izquierda Unida (IU) e Iniciativa per Catalunya (IC) vienen de largo pero se han agudizado trás las elecciones del año pasado, cuando la organización catalana ha potenciado su política de unidad de la izquierda y de apoyo a los sindicatos, mientras que la de Anguita ha proseguido con su distanciamiento con unos y otros e incluso se ha alineado con el Gobierno en las votaciones clave de la guerra digital.El inicio de los trámites de divorcio cabe situarlos en noviembre de 1995, concretamente el día 23, fecha en que Julio Anguita se desplazó a Barcelona acompañado de su segundo en el PCE, Francesc Frutos, para cenar con un grupo de dirigentes de IC y del PSUC que discrepaban y discrepan de la línea oficial. El acuerdo de esta y otras entrevistas que siguieron fue la de consolidar una fracción afín a los postulados anguitistas y mantener vivo el PSUC, el histórico partido de los comunistas catalanes.

Este sector opuesto a Rafael Ribó dio la batalla en la Asamblea de IC de noviembre pasado, aunque no logró evitar que acordara una política de unidad de la izquierda, y en el congreso del PSUC de mayo pasado, donde no evitó su congelación, pero sí su desaparicion.

Una vez que se ha demostrado imposible quebrar la mayoría de Ribó en ambas instancias, Anguita ha acelerado los trámites del divorcio. El 29 de junio, el consejo político de IU eliminó de sus estatutos toda referencia a IC. Sólo falta que en diciembre se ratifique esta decisión.