Playa

Hoy he ido al museo y me he creído que estaba en la playa (una playa, eso sí, más fina y menos multitudinaria que Benidorm) o en el casco antiguo de Toledo. He visto numerosos grupos de turistas que entraban en el museo y recorrían despistados el vestíbulo echándose mano a la cartera de los billetes, gesto éste muy frecuente en los turistas.Hace unos años, cuando todavía era gratis entrar en los museos, solía visitar con frecuencia el Prado y el Reina Sofía, museos muy grandes y con pintores estupendos que no se pueden ver en su totalidad de una sola vez so pena de indigestión. Me gustaba entonces recorrer sus salas, contemplar pausadamente algunos cuadros y, si la emoción era muy fuerte, no ver más, dejando alguna sección para otro día. Eso, hoy, es un lujo, dado el precio de las entradas (500 pesetas el Prado, el Reina Sofía y el Arqueológico Nacional, gratis los sábados por la tarde y los domingos; 600 pesetas el Thyssen Bornernisza, gratis nunca para los adultos). Por la misma razón, podrían cobrar 600 pesetas por entrar en la Biblioteca Nacional ¡vaya idea que les estoy dando!

El museo es un bien cultural que debería estar abierto a todos (sobre todo los financiados con dinero público); en lugar de eso, lo han convertido en mero objeto de consumo para turistas, con sus tenderetes de pañuelos, collares, camisetas.... eso sí, decorados con pinturas de Picasso y Magritte. ¡Viva el negociarte!

Para terminar, una pregunta: ¿por qué en la Fundación Cultural Mapfre Vida o en la Fundación Cultural Juan March se pueden ver gratuitamente magníficas exposiciones temporales, mientras que en el Museo Thyssen Bornemisza ver una exposición temporal cuesta 350 pesetas?.- .