Johnson gana con una pierna
Fácil victoria del estadounidense en 400, pese a los calambres
Michael Johnson aprovechó la invitación de los campeones y ganó con una pierna. Un asombro más en su carrera. Venció en los 400 metros al estilo dramático que ha vivido esta temporada: casi lesionado. Pero a pesar de sufrir un calambre en su muslo izquierdo al entrar en los últimos 100 metros volvió a dominar a todos. No fue tan aplastante como otras veces, pero sí suficiente para imponerse con una modesta marca para él, superior a los 44 segundos, 44.12.Fue una carrera extraña en la que incluso flotó en el ambiente durante medio minuto que algo insólito estaba pasando. El británico Iwan Thomas, tercera mejor marca mundial del año, volvió a salir como una exhalación. Su táctica era clara como había hecho en las series clasificatorias anteriores. Pero hacer un primer 200 explosivo se puede pagar después. Y lo pagó. Parecía un extraterrestre que a los 100 metros había cogido ya la compensación al norteamericano Washington (después bronce) y lo que resultaba más increíble, al mismísimo Johnson apenas pasados los 150.
Si el único blanco en la final, un sosias de Boris Becker sin raqueta, resistía aquel ritmo, el récord del mundo de Harry Butch Reynolds (43.29) hasta podía caer. Pero no era posible. Faltaba media carrera. Una enormidad. En la curva de los 300 metros, se empezó a notar la reacción del norteamericano. Tampoco como, otras veces, pero suficiente para que entrara ya en cabeza en la recta final. La curva se le atragantó completamente a Thomas y la recta final se le hizo inmensa. Acabó sexto, antepenúltimo.
Johnson, aunque en cabeza claramente, no parecía con la autoridad de otras veces. Su escasez de gestos por su forma de correr tan económica, tampoco lo denotaba, pero se iban a juntar dos cosas en su, menor rendimiento. La primera, no sólo le afectaba a él, sino a todos. La locura de calendario les obligó a disputar cuatro carreras en tres días, dos series en domingo, semifinal el lunes y la final ayer sin una sola jornada de descanso. Demasiado aunque nadie haya protestado. Quizá por el dinero, claro. Y la otra cuestión sólo le afectó a él. Después de su cambio de ritmo en la última curva sufrió una sobrecarga muscular y un calambre en su muslo, izquierdo. Más que nunca economizó esfuerzos para llegar. No había que desilusionar a Nebiolo. En Toronto, en el desafío contra Bailey, no pudo, pero aquí sí.
Johnson se lleva su tercer título mundial en la distancia, tras los de Stuttgart 93 y Gotemburgo 95, a los que suma los dos de 200 en Tokio 91 y también en Gotemburgo. "Afortunadamente, pude terminar", dijo tras la carrera. "Después de una temporada tan mala he conseguido ésto y estoy muy contento. No quiero ni mirar el tiempo que he hecho como normalmente hace todo el mundo. Esta vez se trataba sólo de ganar y ya es bastante añadió", declaró Johnson, que pretende recuperar lo mejor de su talento para las grandes reuniones de agosto.
El ugandés Kamoga, contento porque se metió segundo, confirmó la excelente impresión que produjo en Atlanta, pero se sintió frustrado porque pensaba bajar de 44 segundos. Al menos, superó a los otros tres norteamericanos y a los tres británicos.
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