De 'La Internacional' porno al rock castizo

Literalmente rojos se hubieran puesto los comunistas ortodoxos de hace 30 años de haber escuchado la versión porno de La Internacional, que a punto estuvo de inmortalizar en un disco el entonces componente del grupo Los Canarios, Teddy Bautista, hoy presidente ejecutivo de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), que tiene su sede en la madrileña calle de Fernando VI. La letra, que animaba a los parias de la tierra a hacer la revolución a través del desenfreno sexual, se le había ocurrido a un militante del PCE llamado Jordi Solé Tura, durante una de las interminables y tediosas reuniones del partido."Yo había hecho una versión instrumental y electrónica de La Internacional, que está incluida en el famoso Disco rojo, que se grabó clandestinamente a principios de los años setenta. Y, aunque Santiago Carrillo comentó que era un elemento de difícil incorporación al repertorio musical del PCE, fue muy utilizada en los mítines durante la transición. La letra era completamente irreverente y provocadora, y finalmente no nos atrevimos a tanto", comenta el músico.

Solé Turá, ex ministro de Cultura, asume con humor y sin rubor la autoría de aquel texto, y de otros muchos de ese estilo erótico-irónico, aunque asegura no recordar ni una sola palabra.

Esta anécdota refleja el espíritu crítico e irreductible de Teddy Bautista, un músico canario, nacido en Las Palmas hace 54 años, que se instaló en Madrid hace seis lustros, en 1967, y cuyo nombre es una referencia obligada en la historia de la música madrileña de los últimos 25 años. No sólo como cantante, letrista, compositor y productor, sino también como líder empresarial de una institución, la SGAE, que en la actualidad ingresa 30.000 millones de pesetas anuales por derechos de autor y que él se encargó de modernizar desde su llegada a la presidencia, en 1983.

Con el grupo Los Canarios obtuvo dos discos de oro por el tema Ponte de rodillas y el álbum Libérate. Ha escrito canciones para Camilo Sesto, Ana Belén y Víctor Manuel, Miguel Ríos o Rosa León. Es autor de las bandas sonoras de 40 películas, entre ellas el paradigmático filme de Carlos Saura Peppermint frappé, y fue el director musical de la versión española de Jesucristo Superstar, en la que interpretó el papel de Judas.

En la década de los setenta se convirtió en el productor más importante de los grupos pioneros del rock castizo que surgieron en los barrios de la periferia madrileña: Leño, Cucharada, Topo, Coz, Asfalto, Burning, entre otros, en la época que él califica de premovida.

"La movida madrileña, al menos en el aspecto musical, empezó a gestarse en 1975, cuando surgió el movimiento del rock castizo, con Rosendo a la cabeza cantando aquello de 'es una mierda este Madrid, que ni las ratas pueden vivir'. Era un rock muy contestatario y politizado que participó activamente en la transición".

Este ambiente está recogido en una película rodada en la plaza de toros de Vista Alegre, Nos va la marcha, dirigida por Manuel Gómez Pereira y producida por el propio Teddy, para quien esta cinta tiene un valor documental único sobre aquel fenómeno.

Al líder de Los Canarios le había fascinado ya el Madrid de 1966, a pesar de que el grupo venía de Estados Unidos, donde había estado dos años. "Madrid tenía algo que no encontrabas en Nueva York, un público entregado, hambriento de música. Había decenas de clubes por toda la capital: Victoria, Kursal, Barceló, Consulado o Carabel. Teníamos un éxito con las chicas que francamente compensaba la renuncia a la aventura americana", confiesa.

Le cuesta admitir, por pudor, su pasado ligón, pero reconoce que las posibilidades de ligar de los músicos eran uno de los alicientes. "Era una época muy visceral, de pose sensual, en la que yo estaba muy volcado en buscar la complicidad de la gente, sobre todo con el sexo contrario. Es cierto que las madrileñas carecían de experiencia sexual, pero aprendieron muy rápido y tenían una sabiduría que creo que es congénita en la mujer española", teoriza. Advierte que ahora, casado por segunda vez y con tres hijos, está retirado.

Su compromiso político con el PCE se inició en 1969, mientras hacía el servicio militar en Canarias. Fue el cantante Víctor Manuel quien le entregó el carné del partido. Estuvo varias veces detenido y recibió algunas palizas. Ahora no milita.

La vida de Teddy Bautista dio un giro radical con la desaparición de Los Canarios, en 1975. "Yo soy un viejo rockero, y los rockeros nos hacemos mayores, pero el espíritu no muere. Conservo la dosis necesaria de inconformismo, superación y aceptación de retos, a la que no renunciaré", concluye.