La cruz
El sevillano Raúl Fernández, el último incorporado a la selección española para Atenas, no pasó la calificación de salto de longitud. Era uno de los 10 atletas júniors (con 19 años o menos) que participaron en la jornada de ayer. Un júnior de lujo, subcampeón mundial en 1996 y europeo el pasado día 20 en Litibliana, pero le pesó la responsabilidad. Al menos, es una joya por pulir que podrá decir muchas cosas. Ayer, el reto de saltar 8,05 metros para meterse directamente en la final era caro y sólo cuatro atletas lo lograron, encabezados por Iván Pedroso (8,11), el gran favorito y su espejo físico en blanco. Para Raúl lo lógico era aspirar a entrar en la final en la repesca de las 12 mejores marcas. Si Raúl se acercaba a las suyas de 7,96 que hizo en Valladolid el 5 de julio, o a los 7,90 de Liubliana, habría podido estar. Pero el español se fue sólo a 7,62 en el primer salto y al jugársela arriesgando en los dos siguientes hizo sendos nulos.
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