El PSE intenta limitar la ruptura con el PNV a la provincia de Álava

Los responsables del PSE de Alava quieren limitar los efectos de la ruptura con el PNV a la provincia alavesa. Su vicesecretario general, Javier Rojo, intentó ayer enfriar los ánimos para hacer más distendido el ambiente con los nacionalistas y animó a su partido a que la alianza se respete tanto en Vizcaya como en Guipúzcoa.

Cualificados dirigentes del socialismo vasco se sumaron a esta reflexión confirmando que las relaciones entre el PNV y el PSE en el resto de las instituciones de Euskadi son "correctas". Por si acaso, el portavoz del propio PNV, Joseba Egibar, se apresuró a advertir a los socialistas que a su partido no le temblaría el pulso para firmar más destituciones si el PSE apostase por la ruptura total.

La decisión del veterano alcalde de Vitoria, José Ángel Cuerda (PNV), de cesar el pasado viernes a los cuatro concejales socialistas que le acompañaban en el equipo de gobierno del Ayuntamiento ha abierto una fisura en el tripartito PNV-EA-PSE, que gobierna la mayoría de las instituciones vascas. Tan sólo 25 municipios escapan a su control al estar en manos de Herri Batasuna (HB).

Pocas horas después de que Cuerda destituyera a los ediles socialistas, la Ejecutiva alavesa del PSE decidió romper todos los pactos con el PNV en Álava, dejando así a la Diputación Foral y al Ayuntamiento de Llodio, la segunda localidad en importancia de la provincia, a merced de la inestabilidad.

El secretario general del PSE de Vizcaya, Nicolás Redondo Terreros, y el vicesecretario general del PSE, José Luis Marcos Merino han reiterado, no obstante, que el acuerdo con el PNV está dando los frutos apetecidos en las otras dos provincias vascas.

Así, la onda expansiva de la ruptura en Álava podría reducirse a este territorio, pero la herida no está ni mucho menos cerrada y tan sólo parece atemperada por la llegada del mes de agosto, inhábil a casi todos los efectos.

Desde la inteligencia

Aunque los socialistas alaveses han sido los más beligerantes con la decisión de su partido de aliarse con los nacionalistas en las diversas instituciones vascas, Rojo señaló que la extensión de la ruptura sería entrar en la dinámica del "cuanto peor, mejor"."Los socialistas estamos padeciendo la irresponsabilidad del PNV y por eso tenemos que pensar más en la comunidad que en lo que nos conviene", dijo; "no podemos entrar en una cascada de ingobernabilidad porque no sabemos a dónde nos llevaría".

Así, Rojo fue muy gráfico sobre la decisión que tendrá que tomar el PSE el próximo mes de septiembre cuando lo ocurrido en Alava esté sobre la mesa de la Ejecutiva vasca: "El PNV nos ha echado en Álava y eso si que es una irresponsabilidad. El PSE tiene que tomar decisiones más desde la inteligencia que desde lo que nos pida el cuerpo".