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Los expropiados de Lavapiés se amotinan en sus dominios

La reforma del barrio mas degradado del centro amenaza un bloque ruinoso de pisos y una zona comercial

¿Qué tienen en común ocho comerciantes, unas monjas, una docena de inquilinos de renta antigua y un grupo de okupas? Desde el miércoles, día en que se firmó el plan de rehabilitación, de Lavapiés, son las víctimas de una reforma que pretende desalojarles de sus dominios. Todos ellos trabajan o residen en inmuebles que, según los planos oficiales, serán en un futuro parques, plazas y aparcamientos. Todos tendrán que abandonar espacios en los que algunos llevan más de cincuenta años y a los que otros acaban de llegar. Éstos son los expropiados de Lavapiés:Sala Olimpia. La reforma de la sala de teatro Olimpia cerrará las tiendas de ocho comerciantes. Llevan allí, pegados al teatro, toda una vida. La mercería exhibe una licencia municipal del año 1953, el estanco ya fue del abuelo del actual propietario y la pescadería vende sardinas desde 1936.

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La rehabilitación creará nuevos y muy necesarios espacios libres

Vicente Miranda y Marisol, su mujer, conviven desde hace tres décadas entre muebles y lámparas. Vicente amenaza con presentar un recurso contra Ayuntamiento, pero matiza: "Según lo que me den". Su mujer va mas allá: "Yo de aquí no me voy , y si hace falta, me ato a mis hijas con una cadena y no me muevo. Como no me den lo suficiente, de aquí no me echan". No confían en los planes de rehabilitación: "Quieren ampliar el teatro y crear plazas de garaje, pero como no lo hagan les podemos sacar las tripas", apunta. Y se indigna cuando habla de la sala Olimpia: "Hacen cosas rarísimas que no las va a ver nadie, sólo gente muy extraña; además, cuesta mucho a los contribuyentes". "Los que estamos junto al teatro somos cuatro monos, por eso han venido a por nosotros", sentencia Vicente.

A pocos metros, rodeado de merluzas, salmonetes y hielo picado, el pescadero protesta: "El Ayuntamiento tiene que hacer ver que potencia la cultura, así que nos echan". Y continúa: "Dicen que quieren impulsar el comercio y la pequeña industria en Lavapiés: ¿cómo lo hacen?, ¿tirando nuestros establecimientos?" Ni una posible indemnización, que desconocen, ni un cambio de local les parece buena solución: "Esto es el cogoIlito de Lavapiés, si nos dispersan por ahí, nos perjudican. Los comerciantes no estamos nada contentos".

Pepe, el frutero, con "casi 70 años", es la nota discordante entre los tenderos amenazados por la expropiación: "Estoy deseando marcharme. Cogí el local hace siete años, pero he trabajado en la calle casi toda mi vida. Pagué ocho millones por el traspaso, y si me dan lo suficiente, me largo encantado". En el umbral de la puerta, una clienta opina: "Van a poner un parque, pero si no viene la policía se va a llenar de drogadictos y ladrones".

Casino de la Reina. El asilo y colegio de Nuestra Señora de la Almudena está de mudanza. El Ayuntamiento cedió a las monjas estos terrenos en 1847 para desarrollar "una obra social" en la cercana fábrica de tabacos. Ahora, el municipio recupera esos. terrenos para zona verde. La madre superiora opina, con cristiana resignación, que "será un parque precioso que dignificará y dará vida al barrio". En marzo pasado ya habían realojado a los 20 ancianos que allí vivían en otra residencia que la orden tiene en Pozuelo de Alarcón.

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A los casi 300 niños que iban al colegio les han distribuido entre las escuelas cercanas de San Alfonso y del Sagrado Corazón. Después de los exámenes de septiembre, el colegio cerrará sus puertas. Quien lo sentirá de verdad será la profesora más veterana. Ha pasado aquí 53 años, toda la vida, y cada vez que lo piensa, empieza a llorar", confiesa la religiosa. Otros siete profesores seglares han sido recolocados, como también todo el personal de cocinas.

Sus vecinos recién llegados a La Veterinaria son okupas y muchos proceden de la desalojada de de La Guindalera. Tomaron un edificio condenado a desaparecer. En un comunicado que repartieron el miércoles, durante la visita del alcalde y el presidente de la comunidad al barrio, dudan de las verdaderas intenciones de la reforma y piden el respeto a su centro social. Otros más radicales están planteándose defenderlo: "S* el Ayuntamiento se decide a sacarnos, encontrará aún más resistencia que en La Guindalera".

Lavapiés, 19. El edificio está apuntalado en la calle de Ministriles Chica. Dentro vive una docena de vecinos. Uno de ellos protesta, porque los periódicos publiIcaron que la finca estaba vacía: "Entraron unos okupas y, desde entonces, tenemos mucho miedo". No sabemos aún nada, ni de fechas, ni de realojos", reconoce un vecino. Manuel, que residió allí con sus cinco hermanos, vive fuera del barrio. Lavapiés no le gusta: "Siempre hay obras y es muy viejo".

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