Cantabria se suma a las federaciones rebeldes frente a la dirección de IU
Iniciativa per Catalunya (IC), País Valenciano, Castilla-La Mancha, Galicia y ahora Cantabria. Ésta ha sido la última de las federaciones -todas cercanas a Nueva Izquierda- que se ha levantado contra la presidencia federal, a la que reprocha generar "un ambiente irrespirable", "haber dividido la organización" y "desnaturalizar el proyecto original de IU". Cantabria sale en defensa de Castilla-La Mancha y de su coordinador regional, para quién la dirección pide la suspensión de seis meses de militancia.
La crisis de IU aumenta día a día. Ha sido ahora la federación de Cantabria, por boca de su coordinador regional, Manuel Blanco, la que se ha rebelado ante las resoluciones adoptadas por la presidencia federal de IU contra Castilla-LaMancha y su coordinador regional, Juan José González. El pasado jueves -en lo que es un hecho insólito en IU- se reunió a la presidencia federal con carácter extraordinario. Se tomaron dos resoluciones: una, desautorizar al consejo político regional de Castilla-La Mancha -máximo órgano de decisión entre asambleas-, que había acordado inscribirse como partido político - al igual que Ya han hecho otras organizaciones como Andalucía o la misma Cantabria. La segunda resolución proponía la suspensión de militancia para el coordinador regional por instigador de la idea.Manuel Blanco denunciaba ayer lo que, en su opinión, es un "nuevo y lamentable error político". Y acusaba a la dirección de "convertir los órganos federales en máquinas del sancionar". Las sanciones, según el responsable de Cantabria, "profundizan irresponsablemente en, la división".
Todo tiene el mismo origen; el promovido personalmente por el coordinador general de lU, Julio Anguita, contra los disidentes de Nueva Izquierda, y que, en apenas un mes, ha liquidado cualquier atisbo de contestación interna. No ha habido ni un momento de respiro. A la expulsión de los órganos de dirección de los dirigentes de Nueva Izquierda y la retirada de responsabilidades, a los diputados de esta formación han seguido duros enfrentamientos y medidas contra las federaciones afines a Nueva Izquierda -País Valenciano, Galicia y Castilla-La Mancha- o contra quienes mantienen otros criterios, como es el caso de IC.
Manejando los estatutos como una guillotina, Julio Anguita ha ido cortando inexorablemente cualquier intento - de rebeldía. Él mismo, y de propia mano, preparó las resoluciones contra Nueva Izquierda yla remodelación del grupo parlamentario IU-lC. Él mismo ha refrendado sus relaciones con el PCC -los comunistas catalanes críticos con Rafael Ribó, presidente de IC- y él, en fin, ha tomado la decisión de rechazar el acuerdo electoral entre IU de Galicia y los socialistas gallegos.
Nueva Izquierda ha acusado a Anguita de romper la pluralidad de IU y, aunque sus dirigentes han expresado su deseo de no abandonar la organización, en algunos, sectores -concretamente en Córdoba- se habla ya claramente de abandonar ante una dirección que actúa "como partido unitario a las órdenes del PCE".
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