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TOUR DE FRANCIA 97

Ullrich dominó la 'crono' al estilo Induráin

Olano todavía se sostiene en el podio- Excelente actuación de Pantani y Virenque

Luis Gómez

Hablemos del "efecto Induráin", pero cambiemos el apellido. En tiéndase como una necesidad de introducir una doble lectura a la hora de interpretar una contrarreloj: pongamos a Ullrich (como hacíamos con Induráin) en un lado y al resto en el otro. Es una corrección obligada. Ullrich hizo su contrarreloj, la que todo el mundo divisaba por el horizonte, y pulverizó las diferencias en la general. El resto del mundo anduvo en, un pañuelo discutiendo por un puñado de segundos. Ullrich no necesita mirar atrás, pero sus colegas deben utilizar la calculadora y especular. En ese pelotón secundando Abraham Olano, todavía en el podio a un segundo de distancia de Riis. Olano hizo lo previsto: una contrárreloj ambigua. Pero, cuidado, era quizás la mejor contrarreloj posible en sus circunstancias. Olano nos descubre un nuevo personaje, un corredor indomable, un tipo con narices, un hombre de un valor excepcional. Su actuación tuvo un extraordinario mérito.Qué decir de la carrera de Ullrich. La potencia, la explosión de vitalidad de un hombre joven, la confianza de quien se siente el más fuerte. Ullrich funcionó bajo el peso de la ley del maillot amarillo. Es el dueño de la carrera. Marcó la mejor referencia desde el principio y explotó con fuerza en la parte más exigente del recorrido. En esos 14 kilómetros de ascensión obtuvo gran parte de su botín, casi dos minutos sobre Virenque, algo más sobre Olano y Riis (que sufrió un pinchazo), más de minuto y medio sobre un excelente Pantani en su terreno. Mediada la contrarreloj, quedaba sentenciada la jornada. Luego se limitó a una aceleración regular. Sus diferencias en la general son ya incontestables.

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Qué decir de los demás, de quienes participan en la lucha por el podio. Cuidado con Pantani, que viaja de menos a más con la tranquilidad de ánimo de quien ha llegado al Tour sin responsabilidades. ¿Y Riis?. Notable su actuación, pero ya no puede tener dudas: pasa a la condición de subalterno de Ullrich. Está Virenque, uno de los hombres fuertes, que hizo la contrarreloj de su vida, beneficiado en buena parte (los últi mos 15 kilómetros al menos) por la presencia de Ufirich, que le adelantó para servirle de referencia durante el tramo final, precisa mente el que peor se adecuaba a sus condiciones. Sólo por el mero hecho de no perder la rueda de Ullrich, Virenque logró ganarle tiempo,a Olano y al mismo Riis. No olvidemos a Casagrande, un caso parecido al de Pantani. Y está Olano.

Qué decir de Olano. Es difícil, porque nadie está interesado en hacerlo, establecer cuál es su merma de forma. No sabemos con claridad si Olano está a un 80% o a un 60%. No sabemos con clari dad si la merma será progresiva, moderada o se ha estabilizado. Echávarri prohibió terminante mente que se ofrecieran los datos de los análisis practicados el jueves. No quiere ver a Olano luchando contra un índice analítico. Echávarri piensa que Olano mere ce que se respete la valentía del corredor, su derecho a combatir, su capacidad para sufrir, que se le dé la oportunidad de experimentar sensaciones sin la esclavitud de vivir sometido a unos dígitos. Olano no está bien, pero no tiene miedo.

El español hizo su carrera. Ya advirtió que no estaba en disposición de pelear con Ul1rich. Despreció la tecnología al uso y se embarcó a la aventura con -una bicicleta clásica, mientras hombres como Ullrich, Riis o Pantani hicieron el oportuno cambio terminado el puerto. Su carrera fue sostenida, muy parecida a la de Riis, a quien superó en dos segundos a lo largo del descenso a pesar de la diferencia de bicicleta. Pero no tuvo pegada, no tuvo capacidad para acelerar y establecer diferencias.

La contrarreloj puso en evidencia, la relación de fuerzas y en ese sentido no hay grandes sorpresas. Ullrich hace ya su carrera, camino de París. Virenque y Pantani son los dos hombres fuertes en la montaña: apar ecen como los principales candidatos al podio. Riis tendrá dificultades para moverse. Escartín, Casagrande, Dufaux y Jiménez son los colocados. ¿Y Olano? ¿Dónde ponemos a Olano en la general?

Olano sabe que sufrirá en los Alpes, pero lo acepta. Carece de libertad de movimientos porque no dispone de otra maniobra que la puramente defensiva. No puede atacar, ni siquiera responder a los ataques. Debe explorar día a día sus sensaciones y encomendarse a su impresionante voluntad. El panorama describe un verdadero calvario. Pero será la oportunidad de conocer al verdadero Olano, al hombre que se ha hecho a sí mismo contra la opinión general: era un chico gordito y se hizo ciclista, era el hazmerreir de sus compañeros cuando era corredor aficionado porque se entrenaba más que nadie y obtenía peores resultados, pero siguió adelante, tuvo que pagar de su bolsillo para correr y corrió, llegó a profesionales con categoría de gregario pero supo ganarse un cartel como rodador, luego convenció como contrarrelojista, más tarde como candidato a ser líder. Y fue hasta campeón del mundo. Siempre tuvo que superar un pero (pero no es Induráin, por ejemplo). Nunca fue un diamante en bruto. Nadie le apuntó en su lista. Nadie le descubrió-. La vida no ha sido fácil para este ciclista. No lo será este Tour. Pero es su camino. Y lo conoce a la perfección: otra vez frente a la incredulidad general. Olano terdrá que volver a mover montañas.

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