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Olano está fundido

El corredor guipuzcoano tiene fatiga muscular- Habrá que esperar 48 horas, tras la contrarreloj de mañana, para saber si hay solución

Dos etapas pirenaicas han bastado para que la candidatura de Abraham Olano quede en entredicho. Dos largas escenas de un favorito en constantes apuros parecen haber sido suficientemente significativas. No está fino el líder español. La necesidad de una explicación surge de inmediato: Olano no se siente bien, no puede desarrollar su potencia habitual, pero se desconocen las causas reales. ¿Tiene solución? ¿Puede recuperarse? Olano sufre fatiga muscular y está definitivamente perdido para este Tour, está fundido. ¿Verdadero o falso?Los problemas de Olano proceden de la caída sufrida en la Daphiné Liberé, celebrada a mediados del mes de junio como preparación para el Tour. La caída le impidió ganar la prueba, de la que en ese momento era líder y, desde entonces, no encuentra su verdadero estado de forma. Esa circunstancia ha sido mantenida en secreto desde entonces en la confianza de que el corredor podría superar ese bache. Los Pirineos han puesto al descubierto su debilidad.

No hay una explicación oficial. Se habla de un cambio de metabolismo como consecuencia de las heridas, de una interrupción en su preparación (hizo dos entrenamientos mal y decidió parar tres días), alteraciones todas ellas que dejan secuelas en un cuerpo tan afinado como el de un ciclista a 15 días del comienzo del Tour. Se le sometió a varios análisis porque existía la sospecha de que podía estar incubando algún tipo de enfermedad, pero los resultados dieron negativo. Las alteraciones en su rutina diaria se han agravado con el comienzo del Tour, salpicado de traslados, de cambios en los horarios de comida... Hay que entender que, hoy en día, el cuerpo de un ciclista que aspira a ganar el Tour es un delicado mecanismo de relojería.

Demasiado entrenamiento

Unos días antes del comienzo del Tour, Olano logró hacer un entrenamiento bueno, precisamente subiendo al Tourmalet. Aquel día logró alcanzar una media de 33 kilómetros a la hora y unas pulsaciones de 130. Justamente, en la etapa del Tour, las pulsaciones de Olano no han logrado pasar de 110. La explicación más plausible es que sufre fatiga muscular. Vamos, que ha llegado a este Tour con demasiado entrenamiento en sus piernas sin pretenderlo.La caída pudo ser la consecuencia de ello si le produjo una contractura muscular generalizada. Es una de las teorías al uso. En ese caso, Abraham Olano siguió corriendo y entrenando como si nada hubiera pasado, pero mientras pensaba que su cuerpo se desgastaba x, resulta que se desgastaba el triple porque como consecuencia de la contractura no le llegaba la sangre a los músculos en las condiciones idóneas. Y hay que tener en cuenta que un corredor en su estado máximo de forma es cuando sus músculos exigen más.

El problema es muy sencillo aparentemente: Olano se ha quedado sin fuerza. Puede hacer 200 kilómetros de montaña a 30 por hora sin que sus pulsaciones pasen de 100, pero no puede subir a 35 kilómetros por hora y someter a su corazón a un esfuerzo mayor. Es como un motor diesel: no tiene cambio de velocidad. No se cansa en apariencia, pero no puede ir más rápido. La verdadera complicación viene más tarde: si no logra que su corazón trabaje más, irá progresivamente perdiendo la forma. Se irá debilitando cada día más.

Durante las primeras etapas del Tour, los exámenes que se le practicaban a Olano no permitían vislumbrar un cambio de tendencia. Habia etapas en las que no conseguía sobrepasar las 99 pulsaciones de media. No le valían ni como entrenamiento mediano. No le valían para recuperar la forma. Una de las razones, precisamente, de que Ullrich hiciera el trabajo, aparentemente excesivo, de lanzar los sprints a Zabel era lograr hacer un trabajo mínimamente de calidad que el resto de la etapa le había sido imposible. Olano no sufría desgaste, pero carecía de chispa. Cuando el terreno se hizo más exigente, la fuerza de Olano quedó al desnudo: no podía seguir la aceleración de sus principales rivales. Lo suyo era poner una marcha constante y sufrir.

Hay quien opina que esa falta de fuerza puede estar motivada porque Olano haya podido excederse en su pérdida de peso. Es una segunda teoría. El ciclista guipuzcoano ha decidido seguir la tendencia inaugurada en su día por Induráin y seguida más tarde por Riis, un procedimiento que tiene sus riesgos. Se trata de afinar tanto la pérdida de peso, de llevarla tan hasta el límite que puede perderse algo de masa muscular. Puede también, como se dijo en el caso de Riis hace un año, que las reservas de grasa sean insuficientes para el último esfuerzo: Riis tuvo una sorprendente mala actuación en la contrarreloj final.

Los datos son pesimistas

La realidad es que los datos de Olano son pesimistas y que todo su futuro próximo en este Tour depende de su actuación en la contrarreloj. Hay un día de descanso de por medio y los optimistas piensan que la tendencia puede cambiar. La contrarreloj será un indicativo fiel: si no ha mejorado por entonces, sus problemas se harán irreversibles y la condición física del corredor español irá empeorando. Sólo si la tendencia cambia, puede estimarse que el corredor estaría en condiciones de mejorar su estado de forma y de presentar mejor aspecto en los Alpes.Una cualidad destacable de Olano es su carácter agónico. Es un corredor capaz de soportar un gran sufrimiento. Olano no dejará de intentarlo porque es la tenacidad personificada, pero no podrá luchar contra su cuerpo. Habrá que ver también si el equipo es capaz de soportar el desgaste de llevar a su líder a la velocidad que él requiera, una necesidad para evitar un mayor desgaste. Si Olano se encuentra solo, difícilmente podrá hacer al menos lo que hizo en los Pirineos.

Abraham Olano sufre fatiga muscular. ¿Verdadero falso? Según todos los indicios, verdadero. ¿Tiene solución? Lo razonable es esperar 48 horas porque no todos los organismos reaccionan igual. Y Olano no deja de ser un hombre excepcional.

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