Los protestantes del Uster celebran pacificamente el 12 de junio tras una noche de enfrentamientos
Decenas de miles de protestantes, miembros de la Orden de Orange, celebraron ayer en Irlanda del Norte la fiesta mayor del 12 de julio con desfiles, que discurrieron pacíficamente por toda la provincia. Una imagen desconocida en el Ulster, donde, los últimos años, la temporada de las marchas ha estado asociada a escenas de disturbios, despliegues policiales y descontento católico. La única violencia se registró de madrugada, cuando los orangistas encendieron miles, de hogueras como preámbulos a la celebración del aniversario de la victoria de Guillermo de Orange sobre el rey católico Jaime II en la batalla de Boyne de 1690. Siete personas resultaron heridas, incluidos dos adolescentes.
Francotiradores republicanos dispararon contra una patrulla. mixta de la policía local, Royal Ulster Constabulary, y del Ejército, hiriendo a cinco de sus miembros, cuatro hombres y, una mujer, en una zona católica del norte de Belfast. Dos adolescentes protestantes, de 18 y 14 años, respectivamente, que montaban guardia alrededor de una hoguera en una, zona protestante de la capital, del Ulster fueron alcanzados también por disparos procedentes de la zona católica de New Lodge. El IRA negó ayer, en una llamada con el código de la organización, su participación en estos ataques, aunque se responsabilizó de la colocación de una bomba que explotó también de madrugada en Belfast sin causar víctimas.Pero si Irlanda del Norte disfrutó de una jornada pacífica, gracias a la decisión tomada el jueves por la cúpula de la Orden de Orange de desconvocar o desviar cuatro marchas conflictivas, la comunidad protestante manifestó ayer sentimientos ambivalentes respecto a esta histórica decisión.
Grupos de orangistas radicales de Derry expresaron su protesta por la "rendición" de la orden, antes de desfilar ayer por la localidad de Limavady, en lugar de hacerlo por la capital del condado de Londonderry. David Trimble, líder del Partido Unionista del Ulster (PUU), la fuerza política más importante de la provincia, estrechamente ligada a la Orden de Orange, se vio obligado ayer a precisar que la decisión de este año no obliga a futuras marchas. Trimble, que el viernes se comprometió a estudiar cuidadosamente el llamamiento de los sectores más radicales para que el PUU abandone la mesa negociadora sobre el futuro de Irlanda del Norte, reconoció que sus sentimientos eran también ambivalentes con relación a la suspensión.
La esperanza de que este signo de buena voluntad de la comunidad protestante obtenga una respuesta del IRA sigue en pie, pese a los incidentes. El primer ministro británico, Tony Blair, hizo ayer un nuevo llamamiento a los provisionales para que "opten por la esperanza" y anuncien cuanto antes un nuevo alto el fuego en el Ulster. "El pueblo de Irlanda del Norte tiene que escoger entre la esperanza o la desesperación", dijo Blair. "Todo está preparado para que el Sinn Fein se incorpore a las negociaciones a las seis semanas de un alto el fuego del IRA".
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