Golpes entre 'sprinters' y positivo de Abduyapárov
Primera clasificación: 1. Zabel, 2. Blijlevens. 3. Abduyapárov. 6. Moncassin. 61. Steels. Zabel da la conferencia de prensa como ganador oficial y asegura que ha hecho los últimos 500 metros solo, que ha sido un sprint limpio. El jurado, mientras, ve una y otra vez la repetición de la llegada. Decide actuar de oficio. Media hora después, segunda clasificación: 1. Blijlevens. 2. Abduyapárov. 5. Moncassin. 123. Zabel. 124. Steels, expulsado además de la carrera. ¿A qué se debe el cambio? A una jugada de billar que acabó en carambola para Blijlevens. Sería hasta graciosa si no se hubiera desarrollado a 60 por hora y puesto en peligro a todos los ciclistas. Además, aparte de los incidentes en la llegada, Abduyapárov se tiene que ir también para casa porque dio Positivo en el control antidopaje de la segunda etapa. Todo un baile.Zabel, que ejecutó un peligroso y acrobático ballet final con Cipollini -mermado, en la rodilla izquierda por una caída anterior- fue descendido hasta el último lugar del primer pelotón por propinar un cabezazo a Moncassin en plena lucha. En esos momentos, pareció que el francés soltó el codo derecho y se deshizo de Steels. Eso, al menos, fue lo que pensó el sprinter belga del Mapei, que ofuscado por no haber podido estar a la altura del trabajo de su equipo, no tuvo otra ocurrencia que agarrar el bidón y lanzárselo a la cabeza de Moncassin. Pero resulta que el francés, un habitual de los incidentes, que en la última Dauphiné Liberé fue descalificado tras romper la nariz de un cabezazo al término de una etapa al alemán Aldag, no había sido el agresor, sino el italiano Baldato.
A Steels le cayó lo que el jurado llama "gestos violentos hacia otros rivales" y le costó la expulsión de la carrera, amén de 400 francos suizos (unas 40.000 pesetas) de multa. La jugada a tres bandas, el triángulo Zabel-Steels-Moncassin, hizo que Jeroen BIijlevens, el, menudo sprinter holandés del TVM, cumpliera su cita con la historia aunque con 24 horas de retraso. El holandés había ganado una etapa en cada uno de los dos Tours anteriores. Curiosamente, en ambos, fue la quinta. En Dunkerque, en 1995, y en Besançon, en 1996. Lo de Abduyapárov es para lamento después de una larga carrera en las llegadas. Ya no estaba entre los vencedores y ha perdido los modos cuando parecía volver a lo que era. Sin embargo, ya hay un cómplice. Un masajista del equipo ha sido despedido por facilitarle el dopaje.
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