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TOUR DE FRANCIA 97

El pelotón contrata a un interino

Vasseur, nuevo líder tras una escapada de casi 150 kilómetros 40Zülle abandona

Luis Gómez

El pelotón contrató a un interino para que guarde el maillot amarillo en tanto la carrera entra en asuntos de mayor cuantía. La esperada discusión entre Zabel y Cipollini tomó otros derroteros, puede que por la sencilla razón de que el Telekom haya concluído que tampoco tiene que chuparse el trabajo de cada jornada. Llegado el kilómetro 114 el pelotón se cruzó de brazos y puso cara de rutina. Saltó Cedric Vasseur y hubo conformidad general: que el chico tenga suerte en la aventura. Vasseur llegó a disfrutar de casi 18 minutos de diferencia y terminó resultando, inalcanzable para un pelotón en el que el Telekom había dicho basta. Para Vasseur se cumplió un sueño que sólo está al alcance de unos pocos. Si tiene suerte llegará de amarillo hasta los Pirineos. Luego, le entregarán el finiquito.El Tour recupera la rutina camino del centro geográfico de Francia. El calor aprieta, la carretera apenas sortea obstáculos y cada cual ha entendido el mensaje: no debe de haber movimientos antes de la llegada de los Pirineos. Para hombres como el español Fernando Escartin es todo un sueño; Escartín hubiera diseñado de propia mano este recorrido que le debe llevar intacto al pie de la montaña. Lo reconoce abiertamente; psicológicamente le hace sentirse más fuerte. Para los sprinters esta concentración de etapas en llano es todo un regalo de la organización: pocos sentirán la necesidad de pasar los Alpes para seguir pescando. Los verdaderos aspirantes se lo han tomado a modo de tensa espera. Sólo para los buscadores de fortuna la situación era ya preocupante. Vasseur ha sido afortunado y se lo pondrá difícil a otros. Su equipo, el Gan, se encargará de guardar el liderato, lo que agradecerá el Telekom.

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Como su padre, casi 27 años después

La rutina. El pelotón adquiere un aspecto más funcionarial. Hay tiempo para todo. Los aguadores cumplen con su trabajo con una sonrisa en los labios, el ritmo de paseo permite a los corredores acabar la conversación con un colega. Desaparecen los nervios y los empujones, vuelve la cordialidad y la camaradería. Hay bromas, pero no hay compasión: nadie se acuerda de Rominger o de Zülle, que decidió ayer retirarse. Ellos han caído como consecuencia de la ley de la carrera: todos aceptan que el Tour se pierde en un día.

La rutina. Es el centro de Francia. Carreteras rectas, pueblos semivacíos por la huida vacacional, los hoteles de los equipos se dispersan en el mapa en un radio de medio centenar de kilómetros.

Ningún obstáculo digno de tal nombre en medio del recorrido: una breve cuesta en medio de un pueblecito se convierte en un puerto de cuarta categoría. No. hay para más, salvo dos metas volantes para que Zabel y Cipollini discutan de vez en cuando.

La rutina. Nadie quiere trabajar. O, mejor dicho: todos quieren que lo haga el Telekom, que para eso son alemanes. Al Telekom le piden que ponga el ritmo adecuado, que. evite escapadas indeseables, que lleve la carrera limpia hasta el último kilómetro. Así lo hizo durante algún tiempo. Hasta que dijo basta y saltó Vasseur. El hombre sobrevivió a la meta y podrá recordar este día mientras viva. Su liderato tranquiliza a todos: no es peligroso para la general, queda fuera del alcance de los sprinters y permite que el pelotón lleve una vida más tranquila.

Hubo, eso sí, un asunto menor entre medias: la pelea entre Cipollini y Zabel, ahora por el maillot verde. ¿Qué interés puede tener ahora Cipollini por ese maillot? ¿Acaso se ha traído un culotte a juego y piensa en lucir otro modelo? ¿También una bicicleta a tono?. Habrá que esperar y ver qué es lo que hace si finalmente lo consigue.

La rutina. El pelotón pide calma a tres días de los Pirineos. Vasseur se la puede dar. Es un líder con obligaciones temporales.

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